Murió George, el último caracol de su especie

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El caracol George ha pasado a mejor vida. El último individuo de la especie Achatinella apexfulva murió el día de Año Nuevo sin dejar descendencia. Su nombre rendía homenaje a Solitario George, la última tortuga gigante de las Galápagos. Aunque fueran animales diferentes, ambos vivieron vidas sencillas en cautiverio y llevaron su genoma a un callejón sin salida.

George tenía aproximadamente 14 años. De las más de 750 especies de caracoles terrestres que habitan las islas de Hawái, la suya fue la primera en ser descrita por la ciencia. Ocurrió en 1787, cuando el explorador George Dixon recibió un collar lei adornado con las conchas de estos moluscos en la isla de Oahu. Apex fulva significa “punta amarilla”, un rasgo común de estos caracoles.

La belleza de los A. apexfulva fue, en parte, lo que acabó con ellos. Aunque se habían distribuido ampliamente a lo largo de la cordillera de Ko’olau, al norte de la isla, se encontraban en elevaciones más bajas que otros caracoles y eran fácilmente accesibles. Sus hermosas conchas se utilizaban para fabricar collares.

En 1997 solo quedaban diez especímenes conocidos. Los diez fueron trasladados a un laboratorio de la Universidad de Hawái dedicado a la cría en cautiverio. Si bien nacieron nuevos individuos, todos murieron por razones desconocidas. Todos menos uno. En 2011, George se convirtió en el último superviviente de su especie y llevó una vida solitaria en una jaula hasta el pasado 1 de enero.

David Sischo, biólogo del Programa de Invertebrados de Hawái, lo describió como “un caracol tímido” y dijo que nunca lo había visto fuera de su concha hasta cumplir los diez años. Aunque tuviera nombre de chico, en realidad era hermafrodita, pero su especie necesitaba un compañero para reproducirse.

A pesar de su muerte, es posible que alguien pueda clonar a George algún día. En 2017, tras saltar a la fama por ser el último caracol de su especie, los científicos cortaron dos milímetros del pie de George con una hoja de afeitar estéril y los enviaron en un frasco al zoológico de San Diego, donde permanecen congelados.

Lamentablemente, la clonación podría ser la única salida para otras especies de caracoles de los árboles, conocidos localmente como K?huli. Si no se hace nada por protegerlos, el cambio climático y las especies invasoras podrían llevarlos a la extinción.

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