Podés adoptar una ballena de Puerto Madryn: para qué sirve y cómo hacerlo

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El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) lleva adelante un programa para proteger a las ballenas «desde el lugar donde te encuentres». A través de su página web, te invita a sumarte al Programa de Adopción Ballena Franca Austral y contribuir con fondos a la continuidad a los estudios científicos que permitan conocer el estado de salud de las ballenas, detectar amenazas y encontrar soluciones.

El ICB nació a partir de un grupo de personas comprometidas que a inicios de los 90s voluntariamente comenzaron a colaborar con el equipo de investigadores que desde 1970 estudiaban a la ballena franca austral en las aguas costeras de Península Valdés.

Quienes se sumen a esta iniciativa pueden elegir entre más de 4.000 ballenas que identificó el organismo en las costas de la Península Valdés, en Chubut, desde 1970, con sus historias de vida e imágenes.

Manantial, Luminosa, Tempranera, Mochita, Hueso y Aoni son algunas de las ballenas que uno puede adoptar a partir de una donación mensual que va desde los $700 a los $1.500. Así, se pasa a formar parte de la comunidad de «adoptantes de ballenas».

Con la adopción, el donante recibirá -según el monto que elija-, un certificado de adopción con su nombre y la foto de la ballena (en formato digital o impreso), la biografía con su registro de observaciones, la cartilla educativa “Conociendo a la Ballena Franca Austral” y una ballena para armar de la Colección cetáceos «Guardabosques».

En los últimos días, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) trabaja duro en la investigación de las ballenas muertas que aparecieron en el Golfo Nuevo, sobre el interior de Península Valdés, en el extremo noreste del Chubut.

La protección rinde sus frutos

El Golfo Nuevo y Península Valdés, paraísos del turismo y de los biólogos marinos, recibieron este año unas 1.420 ballenas francas australes, el mayor número en 51 años y a un siglo de prohibirse su cacería comercial, una noticia alentadora que se empañó con la mortandad registrada desde el 24 de septiembre, a 1.300 km al sur de Buenos Aires.

Según el investigador, Mariano Sironi, director científico del iCB «una razón muy importante por la cual la población de la ballena franca austral está creciendo es que fue protegida legalmente de la cacería comercial en la década de 1930, hace casi un siglo».

Desde entonces las poblaciones fueron creciendo en el hemisferio sur, excepto las de Chile y Perú «que siguen estando amenazadas y son muy pequeñas», sostuvo en diálogo con AFP. Crecen las poblaciones de Argentina, Brasil, Sudáfrica, Nueva Zelanda, «simplemente desde que se las dejó de matar», destacó.

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