El rescate de un elefante que quedó atrapado en barro en un parque natural de Kenia quedó al descubierto este jueves, lo que habría sido una muerte solitaria si es que una red de profesionales no hubiese iniciado un eficaz protocolo para salvarlo.
En concreto, el hecho ocurrió en una reserva del norte del país, cuando un pastor se percató de la situación y dio aviso a un guardaparques local.
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Por su parte, este comunicó el problema a su unidad de control, quienes se desplazaron hasta el sitio con ayuda y apoyo de equipos de la reserva Loisaba y de la fundación Northern Rangelands.
“El elefante, ahora exhausto y severamente deshidratado, es mitad desenterrado y mitad arrastrado de lo que de seguro habría sido su tumba. Luego, después de ser bañado, se levantó, se dio un buen sacudón y se fue”, relató David Chancellor, quien fotografió el evento.
El hombre relató la historia para la cuenta de Instagram de Nat Geo, plataforma en la cual destacó que lo realmente destacable es que este tipo de esquemas existan y funcionen.
“El punto aquí no es solo que el elefante esté vivo y bien, sino que todas estas organizaciones, aunque operen en partes remotas de Kenia, sean capaces de comunicarse, planear, apoyar y realizar el rescate de esta increíble criatura”, escribió.
“Ha sido una tarea gigantesca llegar a este punto. El punto, mi punto, es que cuesta dinero hacer esto y mantener la infraestructura para apoyarlo”, añadió.
Tras ello, subrayó que sin los ingresos generados por el turismo en la zona, debido a la pandemia de coronavirus, rescates como este “se volverán más difíciles de replicar”.