San Luis: investigan a los “geckos forasteros”

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Unos pequeños lagartos de no más de 15 centímetros de largo son lo que busca en San Luis el investigador del Conicet y biólogo cordobés Nicolás Pelegrin.

Los “geckos” provienen del norte de África y el sur de Europa, pero, a raíz del transporte entre países, llegaron al continente sudamericano. Para averiguar en qué lugares de Argentina está este animal, Pelegrin —con el apoyo del Instituto de Diversidad y Ecología Animal dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba— lanzó un proyecto de ciencia ciudadana en el que, a través de las redes sociales, solicitan que todo aquel que encuentre un ejemplar lo fotografíe y llene una ficha informativa breve.

La investigación inició sus tareas en agosto de este año, encontrando especímenes en lugares tan dispares como Villa Dolores, Córdoba capital e incluso Tierra del Fuego. Cada semana inician una campaña de difusión en las provincias en las que consideran que puede haber “geckos”. Esta vez fue el turno de San Luis, a la que eligieron por el gran tránsito de camiones y cargas por el polo industrial de Villa Mercedes, lo que da la posibilidad de traslado de los pequeños reptiles. Prevén continuar con el sondeo en todo el país hasta que terminen las altas temperaturas, por abril o mayo.

Los puntanos que quieran colaborar con el proyecto pueden visitar las páginas de Instagram y Facebook Geckos Forasteros, o enviar un mail a [email protected]. Allí les indicarán cómo sacar la foto apropiadamente y cargar los datos para la investigación.

“Desde la universidad retornamos el conocimiento hacia la sociedad, en este intercambio de información que se da en estos proyectos de ciencia ciudadana”, afirmó Pelegrin. Los aportes pueden realizarse de manera permanente, sin límite de tiempo.

“La introducción de especies es una de las principales amenazas a la biodiversidad a nivel mundial, sumada al cambio climático y la pérdida de hábitat”, dijo.

“Los ‘geckos’ vienen desde África y Europa y se han dispersado en todo el mundo, y los efectos que han tenido sobre la fauna nativa han sido muy diversos. Hay lugares donde los efectos son nulos, como en Brasil, pero en otros han desplazado o competido por comida con las especies nativas. En Argentina en particular nunca se hizo ningún tipo de estudio para ver cuál es el efecto de estas especies sobre la fauna. El primer paso para saber eso es averiguar dónde están y cómo se están desplazando”, explicó el investigador, quien cuenta con la colaboración de becarios, alumnos y profesores de biología del instituto en el que trabaja.

En particular son tres las especies a las que apuntan: Tarentola Mauritanica, Hemidactylus Mabouia y Hemidactylus Turcicus. Lo que diferencia a los “geckos” de otras especies nativas es que tienen la capacidad de trepar por superficies verticales lisas, como azulejos o vidrios, dado que cuentan con estructuras especiales en los dedos y pelos que a nivel microscópico generan una gran adherencia. Es importante tener en claro que no son venenosos ni tienen una gran mordida, por lo que son considerados inofensivos. La Mauritanica es un poco más robusta, pero ninguna supera los 15 centímetros, y tiene escamas de aspecto espinoso.

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