Una leona que se escapó del aeropuerto, un cocodrilo hallado en un vertedero o un alce atacado por perros callejeros son algunos de los animales que han encontrado refugio en un centro privado de San Petersburgo, donde se cuida a animales salvajes, supliendo una carencia del Estado.
Situado a unos veinte kilómetros de la segunda ciudad de Rusia, el centro de Rappolvo alberga a unos 150 ejemplares de todas las especies animales: osos, zorros, alces, búhos e incluso una marta cibelina, un cocodrilo y una leona.
El refugio, llamado Veles, fue creado en 2009 por Alexander Fiodorov, un ingeniero y empresario que explica haber dedicado más de un millón de dólares al proyecto.
‘Nuestro objetivo es curar y rehabilitar a los animales salvajes para dejarlos luego en libertad, si se puede’, indica. Y aporta cifras: en nueve años, 23 osos recogidos aquí fueron devueltos al medio salvaje.
‘Algunos animales fueron encontrados después de accidentes, otros fueron abandonados. Algunas historias merecerían una película’, añade Fiodorov.
Es el caso de la leona Elsa, que en diciembre de 2017 se convirtió en una estrella de la prensa local tras haber perturbado el funcionamiento del aeropuerto de San Petersburgo.
‘Elsa fue enviada de Grozny (Chechenia) por un empresario checheno a un amigo de San Petersburgo como regalo de Año Nuevo. Pero el somnífero que le habían dado antes del viaje dejó de hacer efecto demasiado pronto. En el aeropuerto, la leona rompió su jaula y se escapó’, cuenta Fiodorov.