Al noreste de la provincia de Santa Cruz se esconde el mayor apostadero de lobos marinos de un pelo, que viven acompañados de orcas, elefantes marinos, gaviotas, y patos. Se encuentran dentro de un complejo de manejo integrado de las reservas que se llaman Monte Loayza y Cañadón del Duraznillo, que ocupan 2.000 hectáreas y pueden ser visitadas por turistas para tomar fotos, caminar, aprender y disfrutar de un ecosistema único. Es decir, es ideal para sentirse un ecoturista.
Las dos áreas naturales forman parte de una alianza estratégica que acordaron la Fundación Hábitat & Desarrollo, la empresa petrolera Sinopec Argentina, y la empresa Golfo San Jorge, dedicada a la ganadería ovina, en el marco de la política de conservación del Consejo Agrario de la provincia de Santa Cruz. “La alianza sirvió para hacer una manejo conjunto de las dos áreas naturales entre el sector público, el sector empresarial, y el ambientalista”, contó Fernando Ardura, conservacionista y director ejecutivo de la fundación.
Una de las reservas, Monte Loayza, había sido creada por una ley provincial en 2004. Está a 169 kilómetros al sur de la ciudad de Caleta Olivia, y consiste en una franja costera de 200 metros de ancho a partir de la línea más alta de mareas. Está pegada a la otra reserva, Cañadón del Duraznillo, que ocupa 1.340 hectáreas de estepa patagónica. “Desde hace 25 años, no hay ovejas en el Cañadón del Duraznillo, por lo cual se pudo recuperar la flora y la fauna autóctona del lugar”, comentó Ardura.
Los visitantes (en grupos de 12 personas) tendrán mucho terreno para recorrer, y muchos animales y plantas para contemplar. En la zona costera está el mayor apostadero de lobos marinos. Recientemente, el equipo de Marcela Nabte, de la Fundación Patagonia Natural, realizó allí un censo de esos mamíferos carnívoros y color pardo oscuro que pueden pesar más de 300 kilos. Se identificaron 11.350 ejemplares en el lugar.
Además de los lobos, en la reserva de Monte Loayza se pueden ver 25 especies de aves marinas y costeras: como los albatros, los cormoranes, los chorlos, las garzas, las gaviotas, los aguiluchos, y los halcones. En la zona del Cañadón, se pueden encontrar guanacos, zorros colorados y grises, pumas, peludos, y choiques(el ñandú de la Patagonia). Y la vegetación engaña. A primera vista, parece estar compuesta por arbustos bajos, pero lo cierto es que incluye variedad de arbustos, herbáceas y cactáceas, como la mata mora, la uña de gato, y el cactus austral. Por si fuera poco, en las reservas –de propiedad privada– se han descubierto restos arqueológicos –como puntas de proyectiles, arpones y rompecráneos– de humanos que pasaron por allí hace más de 6.000 años.