El número de elefantes se ha reducido en un 62% durante la última década y en su mayoría podrían extinguirse a finales de la próxima década.
Se estima que 100 elefantes africanos mueren cada día por los cazadores furtivos que buscan marfil, carne y partes del cuerpo, dejando sólo 400 mil restantes.
Un deseo insaciable de productos de marfil en el mercado asiático hace que el comercio ilegal de marfil sea muy rentable, y ha dado lugar a la masacre de decenas de miles de elefantes africanos. Entre 2010 y 2014, el precio del marfil en China se triplicó.
Si los elefantes han de sobrevivir, la demanda de marfil debe reducirse drásticamente.
A partir de 2011, el mundo está perdiendo más elefantes que la población puede reproducir, amenazando el futuro de los elefantes africanos en todo el continente. Los elefantes con grandes colmillos son los principales objetivos y su número se ha reducido a menos de la mitad de las hembras.