La policía colombiana detuvo a dos personas que intentaban sacar del país, ocultos en su ropa interior, a seis monos sedados, incluyendo ejemplares de especies amenazadas. La insólita operación fue descubierta el pasado viernes 2 de mayo en el aeropuerto José María Córdova, ubicado en Rionegro, cerca de Medellín.
Los primates iban a ser trasladados a República Dominicana, pero la intervención de las autoridades frustró el intento de tráfico. Lamentablemente, dos de los animales no resistieron las condiciones del traslado y murieron. Los otros cuatro fueron trasladados en estado crítico a un hospital veterinario.
Javier Valencia, director de Cornare —la autoridad ambiental regional de Antioquia—, expresó su preocupación ante el incremento del tráfico de fauna silvestre. “No podemos permitir que este tráfico siga creciendo en nuestro país y en nuestro planeta”, declaró en un comunicado.

Un delito que deja víctimas inocentes
Los detenidos enfrentarán cargos por aprovechamiento ilícito de los recursos naturales y tráfico de fauna silvestre, delitos que en Colombia pueden conllevar hasta 12 años de prisión y multas millonarias. Las autoridades informaron que los animales rescatados —dos monos cariblancos y cuatro titís cabeza de algodón— presentan signos de maltrato y malnutrición, según el veterinario Camilo Muñoz, encargado de su cuidado.
Cornare confirmó que los especímenes sobrevivientes iniciarán un proceso de recuperación y rehabilitación, y si logran estabilizarse, serán liberados en su hábitat natural.
El mono cariblanco: inteligente y vulnerable
El mono cariblanco (Cebus capucinus), también conocido como capuchino, es una especie nativa de los bosques tropicales de América Central y del norte de Sudamérica. Es reconocido por su notable inteligencia, su pelaje claro alrededor del rostro y sus habilidades sociales.
Aunque no se encuentra en peligro crítico, sus poblaciones han disminuido a causa de la deforestación, la caza y el tráfico ilegal. Su captura como mascota exótica ha afectado su presencia en varios hábitats naturales. Además, la fragmentación de los bosques complica su movilidad y reproducción en libertad.
Estos primates juegan un rol clave en los ecosistemas al dispersar semillas y controlar poblaciones de insectos, lo que hace que su desaparición tenga efectos negativos en la biodiversidad local.

El tití cabeza de algodón: al borde de la extinción
El tití cabeza de algodón (Saguinus oedipus) es una de las especies más amenazadas del planeta. Endémico del noroeste colombiano, habita únicamente en pequeñas áreas de bosque seco tropical. Su principal característica es la llamativa cresta de pelo blanco que recorre su cabeza, en contraste con su rostro oscuro.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta especie está catalogada en peligro crítico de extinción debido a la pérdida acelerada de su hábitat y al tráfico ilegal para el comercio de mascotas.
Se estima que menos de 7.000 individuos sobreviven en estado silvestre. Las iniciativas de conservación se centran en preservar los fragmentos de bosque que aún habita y en impulsar campañas de educación ambiental para reducir la demanda ilegal.
Colombia, biodiversa pero amenazada
Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo, hogar de miles de especies únicas. Sin embargo, el tráfico de fauna silvestre sigue siendo una de las principales amenazas para su patrimonio natural. Según el Ministerio de Ambiente, en 2022 se liberaban en promedio dos animales víctimas del tráfico cada día.
Este caso, además de indignar por su crueldad, recuerda la urgencia de fortalecer los controles fronterizos, las sanciones penales y las campañas de concientización para proteger a las especies que aún habitan nuestros ecosistemas.
Fuente: El Universo.