Dos monos aulladores fueron puestos a resguardo luego que agentes de Guardia Comunal y Defensa Civil los encontraran encerrados dentro de una caja en un descampado de Villa Brown, de Florencio Varela.
El personal efectuó el operativo tras la denuncia de un vecino de la zona a la Línea Gratuita de Atención municipal.
Finalmente, autoridades establecieron comunicación con el área de Fauna del gobierno bonaerense para el traslado hacia el bioparque ubicado en Escobar, Temaikén.
Qué características tienen?
El mono aullador o carayá uno de los monos americanos de mayor tamaño. Su pelaje es largo y áspero. Hay un marcado dimorfismo sexual en la coloración y en el tamaño corporal.
El macho adulto es de mayor tamaño que la hembra, completamente negro, y con el escroto cubierto de pelos amarillento anaranjados; la hembra es parda amarillenta, a veces con el dorso un poco más oscuro.
Los machos juveniles son del mismo color que la hembra hasta los 3 o 4 años de edad. La cabeza es voluminosa y está desprovisto de pelos.
Como en todas las especies del género Alouatta, presenta una barba abultada en la garganta; este abultamiento, más notorio en el macho, se debe al extraordinario desarrollo del hueso hioides y de la mandíbula inferior, que forman una verdadera caja de resonancia que le permite emitir potentes aullidos.
Las extremidades son robustas. La cola es larga, fuerte y prensil, con el tercio final de la superficie ventral desnudo.
En qué situación se encuentra la especie
Están en peligro y no se los conoce, no se los cuida, ni se los conserva. Al contrario, se los puso todavía más en peligro con exceso de agua, fuego, traslados, desmontes, stress, enfermedades, ocupaciones y el tráfico de fauna.
Los monos carayá fueron desalojados de sus territorios, porque les desmontaron los árboles para plantar soja, porque el fuego arraso sus casas, porque les inundaron su hábitat para producir electricidad, porque los sacaron para llevarlos a otro lugar o les trajeron vecinos a donde eran únicos dueños.
Los monos tuvieron que salir, huir a las ciudades, reagruparse o reproducirse entre los pocos que quedan y, en muchos casos, sufren hambre y angustia y se pelean más entre ellos. El resultado científico es que son cada vez menos y están cada vez más débiles frente a la amenaza de virus cada vez más potentes.