Alrededor de 100.000 animales marinos como pingüinos, ballenas, tortugas, focas, peces, marsopas, aves marinas y delfines mueren cada año debido a la ingesta de bolsas plásticas que se han convertido en basura y que llenan mares y océanos y lo peor es que una vez que su víctima ha muerto y se descompone, la bolsa plástica no se degrada y vuelve a ser un elemento mortal para otros animales.
Una botella de plástico puede tener una vida de 450 años y sus miles de fragmentos milimétricos no biodegradables, muy resistentes y estables, son una amenaza para estos animales que suelen confundirlos con la comida.
El 20% de la basura recogida de las playas son bolsas plásticas junto con envases de licor, sodas, cervezas y otras latas; es decir que además de provocar la muerte a muchas especies se han convertido en basura que contamina el paisaje y se acumula en playas de todo el mundo, gracias a las personas que las botan sin ninguna consideración ni cuidado.
La Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.realizó un estudio al respecto, habiendo llegado a determinar que las embarcaciones transoceánicas arrojaban en conjunto 4 millones de kilos de plástico al mar, y esa es la razón por la cual los vertederos de basura del mundo están saturados de bolsas plásticas; en tanto que miles de ellas son arrastradas hacia distintos lugares de la Tierra. Se han encontrado bolsas plásticas flotando en el Norte del Círculo Ártico y en las Islas Malvinas.
En China una de las principales preocupaciones es la basura, las bolsas de plástico que vuelan por las calles son llamadas “contaminación blanca”. Que ahorrará 37 millones de barriles de petróleo cada año gracias a la prohibición de bolsas plásticas gratuitas En Sudáfrica, las bolsas son tan notorias en el campo que se han ganado el despreciativo título de “flores nacionales” porque rotas y enredadas en los arbustos nos anuncian que nos estamos aproximando a una ciudad, o a las que vemos salir flotando desde la ventana de un automóvil.