La materia orgánica se descompone más rápidamente en las áreas más cálidas y húmedas del planeta, como las zonas tropicales y los ecosistemas fluviales, lo cual implica una mayor emisión CO2 y metano a la atmósfera, ha constatado un equipo internacional de investigadores.
El hallazgo es importante porque confirma que el aumento de las temperaturas (provocado por el uso de combustibles fósiles) podría agravar el proceso al generar un aumento natural de las emisiones de gases de efecto invernadero desde ciertas zonas del planeta.
Las conclusiones del estudio parten de un experimento coordinado por Scott D. Tiegs, profesor de la Universidad de Oakland, en Michigan, Estados Unidos, y realizado con la ayuda de 150 investigadores de todo el mundo integrados en el Consorcio Celldex (Experimento de descomposición de celulosa).