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El mimetismo imperfecto de la araña que imita a la hormiga

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Un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Universidad de Pekín cuenta la improbable historia de supervivencia de una araña saltadora, que imita los movimientos de las hormigas. Pero no logra hacerlo bien.

Zhang Wei, investigador de zoología en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Pekín, ha publicado recientemente un artículo muy interesante. Su investigación se centra en cómo la especie de araña Siler Collingwoodi imita ciertas características de las hormigas. Y lo hace como parte de sus tácticas de supervivencia en la naturaleza.

Para comprender cómo el mimetismo de hormigas ayuda a estas arañas a evitar que se las coman, el equipo de investigación de Zhang ha recolectado un buen número de estos arácnidos silvestres. Para ello se trasladaron a cuatro ubicaciones geográficas diferentes de la provincia de Hainan, en el sur de China.

El equipo de investigación exploró el papel de la coloración brillante de la araña y cómo esta le sirve como camuflaje para protegerse contra los depredadores. Aunque el estudio se basó en el análisis de la trayectoria y las características locomotoras de S. Collingwoodi, que imitan las de una hormiga con la cual comparte ecosistema.

La araña que imita a la hormiga

Para su sorpresa han descubierto que el mimetismo de las S. Collingwoodi resulta ser imperfecto. En experimentos en los que las arañas de estudio se vieron enfrentadas a dos de sus mayores predadores (una mantis y otra araña) las tácticas de saltos que imitan a los de las hormigas no fueron eficaces.

A lo largo del largo proceso de adaptación ecológica, los animales han desarrollado tácticas de mimetismo para aumentar sus posibilidades de supervivencia. Tradicionalmente, el mimetismo perfecto, que es el que presenta una gran similitud en los patrones de movimiento o en la conformación física, ha sido estudiado con mucha atención.

Cuando el mecanismo de defensa basado en el mimetismo es efectivo, el depredador suele salir escaldado o al menos se queda con hambre. Pero los resultados de la investigación de Zhang muestran que esto no siempre es infalible. O que quizá aún le falta práctica para conseguir una imitación más creíble.

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