El planeta va camino a vaciarse de personas. Es que un estudio reciente pronostica que las muertes superarán a los nacimientos en cada vez más países. Y esto llevará a una disminución gradual de la población mundial.
Si bien el siglo XX fue testigo de la explosión demográfica más significativa de la historia humana, la situación podría cambiar drásticamente, de acuerdo con las previsiones. Esto, de mantenerse las tendencias actuales.
¿El planeta, camino a vaciarse?
En el mencionado siglo pasado, la población mundial aumentó de aproximadamente 1650 millones en 1900 a más de 6000 millones hacia el año 2000. Y, para finales de 2022, ya superamos el umbral de los 8000 millones.
Sin embargo, las cosas van a empezar a cambiar. Según datos procedentes del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington, publicada recientemente en The Lancet, habrá un cambio demográfico significativo: el descenso de la población mundial.
Se prevé así que, para el 2050, una amplia mayoría de naciones (155 de 204), experimentarán índices de fertilidad insuficientes para sostener sus poblaciones actuales.
El fenómeno se intensificará hacia el 2100, momento en el que casi la totalidad, el 97% de los países (198 de 204), afrontará la misma realidad. La consecuencia directa sería que el número de muertes sobrepasará al de nacimientos, conduciendo a un paulatino decremento de la población global.
Cómo afectaría al ambiente
Aunque una menor cantidad de población podría resultar en una reducción de la presión sobre los recursos naturales, también es crucial considerar cómo la distribución puede impactar en la gestión de estos recursos y en la biodiversidad.
El panorama geopolítico también se verá afectado, ya que las dinámicas de poder pueden cambiar significativamente con las variaciones en el tamaño y la estructura de las poblaciones de los países.
Esto podría reconfigurar alianzas, zonas de influencia y prioridades en la política internacional.
Las consecuencias de este cambio drástico
Según estiman, la verdadera problemática de este futuro radica en la capacidad de nuestro planeta para proveer los recursos necesarios que garantizan la supervivencia y el bienestar de la población global.
Si bien esto parecería una buena noticia, ya que incluye aspectos vitales como el acceso al agua potable, alimentos nutritivos, energía sostenible, ente otros; también habría problemas.
Podría resultar, por ejemplo, en pirámides poblacionales invertidas, aumentando la presión sobre los sistemas de salud y sociales, transformando los mercados laborales y de consumo, y alterando los patrones de uso de recursos.
Asimismo, los sistemas de salud deben adaptarse a una población que envejece. Lo que implicará mayores demandas de cuidados de largo plazo y un incremento en la prevalencia de enfermedades relacionadas con la edad.
Cómo prepararse
En este sentido, es fundamental que se inicie una planificación estratégica que contemple las potenciales amenazas a la economía.
Es que una población en decrecimiento puede traducirse en una fuerza laboral reducida, afectando la productividad y el crecimiento económico.
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