El efecto de distintas sustancias químicas para la salud humana y animal es un tema que está siempre bajo la lupa de la ciencia. Esta vez, investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario en Colombia, enfocaron las suyas en la problemática de los polinizadores, específicamente de las abejas.
Ya no es novedad decir la importancia que estos insectos, y otros polinizadores, tienen para mantener el equilibrio de la naturaleza ¡Y no solo eso! también para la producción de muchos de los ricos alimentos que consumimos día a día.
Imagina este escenario: las abejas están zumbando alrededor, recolectando néctar y polen, como siempre lo hacen, pero hay un problema. Muchas de ellas están expuestas a insecticidas, sustancias que las están afectando más de lo que pensábamos.
Confundidas y perdidas
Antes de conocer el nuevo “superalimento” y su importancia para la conservación de las abejas, es necesario comprender qué pasa con ellas cuando los plaguicidas las afectan.
Los plaguicidas son sustancias químicas que se usan principalmente para proteger los cultivos agrícolas contra insectos, malezas y enfermedades que pueden dañar las plantas y reducir la producción.
El estudio liderado por el profesor de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, Andre Josafat Riveros, detalla que algunos de estos productos pueden interferir en su capacidad para aprender y recordar cosas importantes, como dónde encontrar comida.
En un comunicado de la Universidad de Rosario, Riveros explica al respecto que “tienes a una abeja que no sabe dónde están las flores o que si llega a ellas tal vez no recuerde dónde está la colmena. También es posible que no tenga suficiente fuerza para moverse entre ellas de manera eficiente y que si se encuentra con virus u otros patógenos en el ambiente no se pueda defender eficazmente”.
Protección gracias a un suplemento natural
Aquí es donde esta nueva formulación cumpliría un papel fundamental para proteger a los insectos polinizadores de los efectos nocivos de los plaguicidas.
“Nuestros resultados sugieren que un suplemento alimenticio diseñado a partir de derivados de las plantas ejerce un efecto protector sobre algunas partes del cerebro, lo cual respalda el uso de estos para contrarrestar los efectos dañinos de los plaguicidas”. Andre Josafat Riveros, líder de la investigación.
El equipo de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario enfocó el estudio en los flavonoides, una serie de metabolitos secundarios derivados de las plantas que poseen propiedades defensivas, antioxidantes y antiinflamatorias.
Para probar esta idea, llevaron a cabo un experimento con Bombus impatiens, un tipo de abejorro común en América del Norte. Les dieron una dieta rica en flavonoides y luego una dosis de insecticida que no las matarían, pero podrían afectar su cerebro.
¿Cuáles fueron los resultados? “Sus memorias eran significativamente mejores”, explica Riveros. Adicionalmente, el estudio explica que las abejas que consumieron flavonoides experimentaron mejoras en su capacidad de aprendizaje, toma de decisiones y comportamiento motor, lo que sugiere que estos compuestos pueden ser clave para preservar la salud cognitiva de dichos insectos.
Este nuevo compuesto desarrollado en conjunto con el Departamento de Neurociencia de la Universidad de Arizona y que fue registrado ante la Oficina de Propiedad Intelectual del Reino Unido, marca un hito en la búsqueda de la conservación de polinizadores.
Aunque aún hay mucho por investigar, estos hallazgos nos dan esperanzas y nos recuerdan la importancia de realizar estudios continuos para desarrollar estrategias de manejo que consideren tanto los aspectos biológicos como ambientales en la protección de las abejas y la seguridad alimentaria global.
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