Un mundo de insólitas formas de vida bajo el hielo de la Antártida. Un equipo de científicos se topó con algo sorprendente cuando decidieron perforar un agujero de 900 metros de largo en una plataforma de hielo de la Antártida con objeto de recolectar muestras de sedimentos del fondo oceánico: una roca cubierta de animales desconocidos hasta ahora en el fondo marino.
Habían establecido un campamento en la plataforma de hielo Filchner-Ronne, un gran cuerpo de hielo flotante en el sureste del mar de Weddell. Una vez terminado el agujero completo, bajaron una cámara con su descorazonador de sedimentos, para observar el fondo marino a más de 300 metros debajo del fondo de la plataforma. Y ahí, en este lugar oscuro y con temperaturas bajo cero, hallaron una roca que alberga varias especies que probablemente no hayamos visto jamás.
La comunidad de organismos marinos son animales estacionarios similares a las esponjas pero potencialmente pertenecen a varias especies desconocidas diferentes.
Además están muy lejos de las aguas abiertas y la luz solar. Viven en completa oscuridad con temperaturas de -2,2 ° C.
¿Cómo obtienen su energía y sus nutrientes? ¿Quizá del deshielo de los glaciares? Los animales son sésiles, lo que significa que son fijos y no móviles, esto es, que dependen de la comida que pasa desde arriba para su supervivencia.
“Este descubrimiento es uno de esos afortunados accidentes que empuja las ideas en una dirección diferente y nos muestra que la vida marina antártica es increíblemente especial y sorprendentemente adaptada a un mundo helado”, comentó el biogeógrafo Huw Griffiths del British Antarctic Survey en el estudio que recoge la revista Frontiers in Marine Science.
Esta parte del mundo es una de las últimas regiones más inexploradas del planeta, ya que las plataformas de hielo flotantes han hecho imposible estudiar las profundidades del océano. Apenas se ha examinado un área del tamaño de una cancha de tenis, gracias a ocho pozos perforados en el hielo, por lo que esta férrea fortaleza de hielo es un gran misterio, aún, para nosotros.
El clima extremo de la zona no hace sino complicar los esfuerzos debido a su poca accesibilidad. “Nuestro descubrimiento plantea muchas más preguntas de las que responde, por ejemplo, ¿cómo llegaron allí?, ¿Qué comen?, ¿cuánto tiempo llevan allí?. ¿Qué tan comunes son estos cantos rodados cubiertos de vida?. ¿Son estas las mismas especies que vemos fuera de la plataforma de hielo o son especies nuevas? ¿Y qué pasaría con estas comunidades si la plataforma de hielo colapsara?” , se preguntan los científicos. Las teorías actuales establecen claramente que la vida se vuelve cada vez más improbable cuanto más bajo el agua nos encontramos y más lejos de aguas abiertas.
¿Cómo responderemos a todos estos interrogantes?
“Para responder a nuestras preguntas, tendremos que encontrar una manera de acercarnos a estos animales y su entorno, y eso es debajo de 900 metros de hielo, a 260 km de los barcos donde están nuestros laboratorios”, añade Griffiths. “Esto significa que, como científicos polares, tendremos que encontrar formas nuevas e innovadoras de estudiarlos y responder a todas las nuevas preguntas que tenemos”.