Marte tiene actividad sísmica, aunque su origen no es el mismo que el de los terremotos terrestres y su intensidad es mucho menor. La sonda InSight, que aterrizó en un cráter de la Planicie Elísea del planeta rojo el 26 de noviembre de 2018, ha registrado los temblores de aquel mundo durante cerca de un año. En ese periodo, según se publica ahora en la revista Nature Geoscience, se registraron 174 sacudidas, 20 de ellas alcanzaron una magnitud de 3 o 4.
Según ha explicado Suzanne Smrekar, investigadora del Jet Propulsion Laboratory de la NASA y número dos de la misión InSight, si estuviésemos en la superficie de Marte en el momento de uno de estos terremotos, es improbable que sintiéramos algo. “Estos mismos terremotos en la Tierra a veces son más superficiales, pueden producirse a menos de cinco kilómetros de profundidad, pero los que hemos detectado en Marte están a 50”, he ejemplificado.