Una misión de la NASA en colaboración con Chile, determinó que los bosques de la Patagonia chilena son uno de los ecosistemas que más almacena carbono a nivel mundial, con casi 100 toneladas por hectárea.
El trabajo coordinado de la agencia espacial estadounidense y científicos chilenos permitió descubrir que la capacidad del bosque siempreverde (donde los árboles no pierden todas sus hojas estacionalmente) para almacenar carbono es mucho más importante de lo que se creía.
El estudio identificó zonas de la Patagonia chilena con presencia de bosques siempreverdes antiguos que tienen una alta densidad de carbono almacenado. Se concluyó, por ejemplo, que en promedio cada hectárea de bosque siempreverde de la Patagonia almacena 96 toneladas de carbono, superando en un 110,6% lo reportado por el Instituto Forestal de Chile en el mapeo de carbono forestal almacenado.
La información obtenida por la NASA y científicos chilenos es esencial para complementar los datos disponibles por el Inventario Forestal Nacional en áreas de difícil acceso y zonas muy elevadas, lo que hace muy difícil realizar muestreos forestales en terreno. También esta iniciativa busca apoyar la conservación de la biodiversidad en ecosistemas prístinos de la Patagonia.
“Tras este estudio, esperamos que ahora sea aún más evidente que la Patagonia chilena no solo es un escenario de belleza indescriptible, sino también uno de los mayores pulmones del planeta y es un recordatorio de la responsabilidad que tenemos de protegerlo entre todos. Cada hectárea de bosque patagónico es un aliado en la lucha contra el cambio climático”, explica Taryn Fuentes Castillo, científica de la empresa Carbon Real, que participó de la investigación.
Estudiando los bosques de la Patagonia chilena
En 2018 la NASA comenzó a lanzar rayos láser desde la Estación Espacial Internacional (EEI) a la Tierra con el fin de contabilizar y medir los bosques y árboles de todo el planeta.
El proyecto -llamado Investigación de la Dinámica de Ecosistemas Globales, también conocida como “Misión GEDI”- en conjunto con la Universidad de Maryland, tiene como objetivo principal comprender cómo los ecosistemas almacenan carbono y cómo afectan al ciclo del agua y la biodiversidad en todo nuestro planeta.
Aunque GEDI ha estado escaneando con sofisticados láseres toda la superficie terrestre para elaborar el más detallado inventario de zonas boscosas del que se tenga registro, las mediciones desde el espacio en algunas zonas del planeta requieren la realización de calibraciones o correcciones in situ.
Ya sea por la constante nubosidad; porque la ruta de la EEI suele seguir zonas de interés no necesariamente científico; por la frondosidad de árboles, o porque el ecosistema de turberas lo hace difícil, las mediciones requieren ser complementadas con un trabajo más cerca de la superficie terrestre para lograr mayor exactitud.
Esas dificultades enfrentó la Misión GEDI en la Patagonia chilena, donde gran parte del año hay mucha nubosidad y donde el ángulo de los láseres LiDAR que se utilizan impiden una buena medición. Como ni la NASA ni la U. de Maryland tenían la capacidad para hacerlo, la empresa chilena Carbon Real -dedicada a la conservación de los bosques de la Patagonia con el uso de tecnología- ofreció su colaboración.
“Estábamos buscando una manera de determinar con la mayor precisión posible las capacidades de almacenamiento de carbono de la Patagonia mediante el uso de tecnología, porque queremos generar un incentivo a la conservación a través de la renta que significa la venta de bonos de carbono basados en el crecimiento natural de estos bosques. Y eso se podía hacer desde el espacio. Por eso contactamos a la NASA y nos pusimos a trabajar con ellos, ajustando las mediciones con aviones y drones desde la superficie terrestre que usan la misma tecnología LiDAR”, explica Felipe Escalona, fundador y CEO de Carbon Real.
Luego de dos años de trabajo conjunto, las primeras conclusiones serán presentadas en septiembre en un artículo publicado en la revista científica Forest Ecology and Management. Al ser verdaderos tesoros de almacenamiento de carbono, los bosques de la Patagonia chilena se convierten en un área relevante de conservar, pero como muchas de estas zonas no tienen ningún tipo de protección pública, Carbon Real ha trabajado para garantizar en ciertas zonas su conservación de manera privada.
“Cuando se publiquen oficialmente los resultados completos de este estudio, debemos estar preparados para actuar. La Patagonia no solo es un destino turístico; es un legado para las generaciones futuras. Sigamos explorando, investigando y defendiendo este tesoro verde que supera incluso a la majestuosidad de la Amazonía”, sostiene Adrián Pascual, primer autor del artículo mencionado, científico de la Misión GEDI de la NASA y de la U. de Maryland.
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