Los modelos climáticos sobreestiman la retención de CO2 por las plantas

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Según un nuevo estudio, el dióxido de carbono (CO2) retenido por las plantas a nivel mundial tiene una vida más corta y es más vulnerable al cambio climático de lo que se creía.

Los hallazgos tienen implicaciones para nuestra comprensión del papel de la naturaleza en la mitigación del cambio climático, incluido el potencial de proyectos de eliminación de carbono basados en la naturaleza, como la plantación masiva de árboles.

La investigación, realizada por un equipo internacional dirigido por la Dra. Heather Graven en el Imperial College de Londres y publicada en Science, revela que los modelos climáticos existentes subestiman la cantidad de CO2 que absorbe la vegetación a nivel mundial cada año, mientras que sobreestiman el tiempo que ese carbono permanece allí.

La Dra. Graven, profesora adjunta de Física del Clima en el Departamento de Física del Imperial, dijo: “Las plantas de todo el mundo son en realidad más productivas de lo que pensábamos”.

Los hallazgos también significan que, si bien las plantas absorben el carbono más rápido de lo que se pensaba, el carbono también queda atrapado durante un tiempo más corto, lo que significa que el carbono de las actividades humanas se liberará de nuevo a la atmósfera antes de lo previsto anteriormente.

El Dr. Graven añadió en un comunicado: “Muchas de las estrategias que están desarrollando los gobiernos y las corporaciones para abordar el cambio climático dependen de que las plantas y los bosques absorban el CO2 que calienta el planeta y lo almacenen en el ecosistema.

“Pero nuestro estudio sugiere que el carbono almacenado en las plantas vivas no permanece allí tanto tiempo como pensábamos. El estudio destaca que el potencial de estos proyectos de eliminación de carbono basados en la naturaleza es limitado y que las emisiones de combustibles fósiles deben reducirse rápidamente para minimizar el impacto del cambio climático”.

Hasta ahora, la tasa a la que las plantas utilizan el CO2 para producir nuevos tejidos y otras partes a nivel mundial (una medida conocida como Productividad Primaria Neta) se ha aproximado ampliando los datos de sitios individuales. Pero la escasez de sitios con mediciones integrales significa que no ha sido posible calcular con precisión la Productividad Primaria Neta a nivel mundial.

La productividad de las plantas ha aumentado desde principios del siglo XX y actualmente las plantas absorben más CO2 del que liberan al aire. Los investigadores saben que aproximadamente el 30% de las emisiones de CO2 de las actividades humanas se almacenan en las plantas y los suelos cada año, lo que reduce el cambio climático y sus impactos.

Sin embargo, los detalles de cómo se produce este almacenamiento y su estabilidad en el futuro aún no se comprenden bien.

En este estudio, el radiocarbono (14C), un isótopo radiactivo del carbono, se combinó con simulaciones de modelos para comprender cómo las plantas utilizan el CO2. El CO2 a escala global, lo que ha permitido obtener información valiosa sobre la interacción entre la atmósfera y la biosfera.

El radiocarbono se produce de forma natural, pero las pruebas de bombas nucleares en los años 1950 y 1960 aumentaron el nivel de 14C en la atmósfera. Este 14C adicional estaba disponible para las plantas de todo el mundo, lo que proporcionó a los investigadores una buena herramienta para medir la velocidad con la que podían absorberlo.

Al examinar la acumulación de 14C en las plantas entre 1963 y 1967 (un período en el que no hubo detonaciones nucleares significativas y el 14C total en el sistema terrestre era relativamente constante), los autores pudieron evaluar la velocidad con la que el carbono pasa de la atmósfera a la vegetación y qué le sucede una vez que está allí.

Los resultados muestran que los modelos actuales, ampliamente utilizados, que simulan cómo la tierra y la vegetación interactúan con la atmósfera subestiman la productividad primaria neta de las plantas a nivel mundial. Los resultados también muestran que los modelos sobreestiman el tiempo de almacenamiento del carbono en las plantas.

El coautor Dr. Charles Koven, del National Laboratory Lawrence Berkeley, dijo: “Estas observaciones corresponden a un momento único en la historia, justo después del pico de pruebas de armas atómicas en la atmósfera en la década de 1960.

“Las observaciones muestran que el crecimiento de las plantas en ese momento era más rápido de lo que estiman los modelos climáticos actuales. La importancia es que implica que el carbono circula más rápidamente entre la atmósfera y la biosfera de lo que pensábamos, y que necesitamos comprender mejor y tener en cuenta este ciclo más rápido en los modelos climáticos”.

Los autores dicen que la investigación demuestra la necesidad de mejorar las teorías sobre cómo crecen las plantas e interactúan con sus ecosistemas, y ajustar los modelos climáticos globales en consecuencia, para comprender mejor cómo la biosfera está mitigando el cambio climático.

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