Alejo Irigoyen, investigador del Consejo en el Centro para el Estudios de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET), especializado en Ecología Marina e integrante del equipo de Proyecto Arrecife, explica la importancia de la tarea de preservación de las especies de tiburones dentro del ecosistema marino en las costas patagónicas.
Es Alejo quien lo explica mejor: “En Santa Cruz, Tierra del Fuego e incluso Chubut, y toda la costa argentina, el conocimiento que hay sobre los tiburones y los ecosistemas costeros o marinos en general es muy limitado como para entender la incidencia de cada sitio, de cada provincia, de cada zona. De los tiburones en general o de alguna especie de tiburones”.
Explica que el desconocimiento “se aplica para todo el Atlántico Sur; y cuanto más al sur, menos estudios todavía, menos información se ha recabado”.
Señala que, en términos generales, “los tiburones -los condrictios- tienen un efecto conocido de equilibrio en el ecosistema. Hay algunas especies, una icónica para Santa Cruz sobre todo, que es el gatopardo, que es un depredador tope. Está a la escala de la orca. O sea, están los meso depredadores, sobre todo leones marinos, elefantes y también delfines, que no están a la mitad de la cadena trófica. Los únicos depredadores que tienen son la orca y el gatopardo, entonces pensar en un rol, en una función es clave porque no tienen reemplazo”.
“Son ecosistemas (los patagónicos) que, si fallan, si se sobreexplotan, así como se han matado las orcas; como se están sobreexplotando los tiburones y los gatopardos; si falta uno se desequilibra toda la cadena. Y estamos hablando de una especie, después tienes un montón de especies que también tienen su función y su posición en el ecosistema”.
Cómo nació el proyecto que busca concientizar sobre los tiburones patagónicos
El proyecto Arrecife está integrado principalmente por investigadores, biólogos de CONICET en sus distintos escalafones. Nace en 2008 “cuando éramos estudiantes de doctorado de CONICET, becarios de CONICET. Y ahora, ya con Gastón Trobbiani encabezamos lo que es el proyecto Arrecife”, relata Alejo.
“Proyecto Arrecife parte de nuestro tiempo como investigadores de ecología marina, de peces, de ecosistemas de fondos, de hábitat. Parte del tiempo que dedicamos a investigar lo dedicamos a difundir lo que conocemos y lo que investigamos. A transmitir problemáticas y demás, así que básicamente es eso: somos investigadores que la mayoría del tiempo investigamos y una parte de nuestro tiempo, de nuestro esfuerzo, lo ponemos en transmitir a la sociedad esos conocimientos”.
El equipo de Proyecto Arrecife tiene un recorrido de divulgación intenso. En 2024 llevaron adelante una serie de documentales denominada Proyecto Mar junto al cineasta Uriel Sokolowicz, que espera contar con su cuarta parte para este año.
Cuentan con posibilidades de sumar otros dos proyectos documentales más a esta serie que involucran personajes de la pesca artesanal, ecosistemas particulares con sus problemáticas y sus situaciones geográficas particulares, así como un tipo de pesquería y de producto gastronómico.
“Metemos todos los componentes en unos documentales, o en una historia más que un documental, y esperamos poder seguir haciendo eso”, reseña Alejo, quien adelantó también la posibilidad de “seguir contando los trabajos que vamos a hacer con tiburones dentro de poco, que tienen que ver con el marcado de los animales, y todo lo que hacemos sobre divulgación científica tratar de seguir comunicándolo firme”.
El objetivo de quienes integran Proyecto Arrecife es claro: “es valorar, es dar a conocer para cuidar. O sea, por un lado, generar información que no hay de especies, de zonas, de ecosistemas, difundirla para que, a través del conocimiento y de valoración y de entendimiento de lo que tenemos, se pueda también por un lado manejar esos recursos esa parte del patrimonio natural y por otro lado cuidar”.
Un punto importante de las tareas de divulgación de Proyecto Arrecife son las “Buenas Prácticas” en la Pesca Deportiva, una serie de actitudes o formas de pescar recreativamente que disminuyan significativamente el impacto de la actividad humana sobre los ecosistemas.
“Hay determinadas pesquerías recreativas, determinadas costumbres, determinadas cosas que prácticamente son nocivas o van depredando nuestros entornos, de los que son parte de nuestro patrimonio natural y cultural, y los que tenemos como mucho provecho -por lo menos los pescadores recreativos-, es una parte importante de nuestra vida contar con esos entornos y claramente se están deteriorando”.
Fotos en la nota de Proyecto Arrecife
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