Los humanos no son la única especie que cruzó el Estrecho de Bering; un fósil encontrado en Alaska dio pistas de cómo vivieron los dinosaurios árticos.
Según la historia, algunos pobladores asiáticos llegaron a América a través del puente de Bering durante la era de la glaciación.
También se ha descubierto que algunas especies de plantas y animales, como los mamuts y mastodontes, cruzaron el puente en ambas direcciones, ayudando a la proliferación de especies en ambos continentes.
La Era de Hielo sucedió hace 110 mil años, pero un nuevo hallazgo paleontológico sugiere que los dinosaurios también cruzaron de América a Asia y crearon nuevas especies de la misma familia en las dos partes del mundo.
Una investigación del Museo de Ciencias Naturales de Dallas y la Universidad de Ciencia de Okayama en Japón exploró la movilidad de los Edmontosaurus, mejor conocidos como los dinosaurios pico de pato.
Los Edmontosaurus son un género perteneciente a la familia de hadrosaurus, los cuales también son nombrados ‘caribúes del Cretácico’ por habitar en las regiones frías de América del Norte; desde Alaska a Colorado; donde actualmente habitan los renos árticos.
El estudio dirigido por Yoshitsugu Kobayashi descubrió que los Kamuysaurus, una especie descubierta en 2019 en Japón, también forman parte de la familia de hadrosaurus.
Según la investigación, los Edmontosaurus habrían descubierto el Puente de Bering, lo atravesaron y evolucionaron en los Kamuysaurus.
La investigación inició porque otro grupo de paleontólogos descubrió un fósil en Alaska y determinaron que se trataba de una nueva especie de dinosaurio; sin embargo, el equipo de Kobayashi comprobó que en realidad eran fósil de un Edmontosaurus muy joven.
El hallazgo determinó que este grupo de dinosaurios dominó la región de Norteamérica y también se distribuyeron ampliamente por el Pacífico.
«Es fascinante pensar que probablemente usaron el ancestral Puente de la Tierra de Bering entre Asia y América del Norte para la migración de manera similar a los mamuts, los rinocerontes lanudos y los primeros humanos», dijo Kobayashi.
La investigación también fue importante para limitar la taxonomía de de los hadrosaurus en lugar de añadir nuevas especies a la familia y, según Ronald Tykoski, director del Museo de Ciencias de Dallas, un maravilloso ejemplo de por qué los paleontólogos necesitan ser más conscientes de sus observaciones.
«Si no lo hacen, se corre el riesgo de erigir erróneamente un nuevo ‘género’ o especie basado en rasgos juveniles que cambiará o desaparecerá a medida que la criatura individual crezca, y termine siendo un adulto de un ‘género’ o especie ya conocido», explicó.