Alerta por el aumento de varamientos de ballenas jorobadas en la regiĆ³n

MƔs leƭdas

Una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) fue encontrada varada durante el sĆ”bado por la tarde, en el extremo sur de la BahĆ­a SamborombĆ³n, a unos 600 metros frente al Faro San Antonio, en San Clemente del TuyĆŗ. El animal fue hallado, en primer lugar, por un pescador de la zona. A pesar de los esfuerzos de la FundaciĆ³n Mundo Marino por asistirlo durante sucesivas jornadas, finalmente muriĆ³ en la tarde del jueves 12 de agosto.

No es un caso aislado. En lo que va del 2021, 97 ballenas jorobadas vararon muertas en Brasil, siendo el estado de Santa Catalina el que registrĆ³ la mayor cantidad: 33 casos en lo que va del aƱo. Y esos datos son previos a hallazgos posteriores. El pasado lunes 9 de agosto el Instituto Gremar, de Brasil, registrĆ³ el hallazgo de una ballena jorobada hembra juvenil muerta en la Playa de Enseada, ciudad de GuarujĆ”. Fue el tercer caso en cinco dĆ­as.

En Comodoro Rivadavia, Chubut, el pasado miĆ©rcoles 11 de agosto, un ballena jorobada juvenil fue encontrada varada muerta. Ese mismo dĆ­a, otro caso fue registrado en ClaromecĆ³, Provincia de Buenos Aires. Y, durante estos Ćŗltimos dĆ­as, el centro de rescate SOS Fauna Marina, de Uruguay, registrĆ³ una ballena Franca muerta en las costas de PiriĆ”polis.

ā€œEfectivamente se puede afirmar que hay un aumento tanto de avistamientos como de varamientos de ballenas jorobadas en la Provincia de Buenos Aires desde el 2018. Si comparamos la cantidad de varamientos entre 2010 y 2015, con los ocurridos entre 2015 y 2021, se registrĆ³ un aumento del 80%. Hay que tener en cuenta que, al estar prohibida la caza de estos animales, su poblaciĆ³n ha ido en aumento. Lo cual genera que sean mĆ”s frecuentes la cantidad de avistajes y tambiĆ©n de varamientosā€, explicĆ³ Gisela Giardino, docente de la cĆ”tedra de MamĆ­feros Marinos de la Universidad Nacional de Mar del Plata e investigadora del CONICET, quiĆ©n prĆ³ximamente presentarĆ” estos datos en las Jornadas Argentinas de MastozoologĆ­a que se llevarĆ”n a cabo en noviembre.

Por otra parte, Giardino agrega: ā€œEl 91% de las jorobadas muertas fueron individuos jĆ³venes. Esto podrĆ­a indicar que, ante la falta de experiencia, se fueron desorientando a la hora de encontrar alimento suficiente. Ante la falta de alimentaciĆ³n, se debilitan y quedan propensos a enfermedades. Sin embargo, segĆŗn nuestro anĆ”lisis de ballenas jorobadas que fueron registradas en la Provincia de Buenos Aires desde el aƱo 2003, el 30% (7 de un total de 23) mostrĆ³ algĆŗn signo de interacciĆ³n de origen antrĆ³pico, sea por enredos en artes de pesca o colisiones. Este fenĆ³meno tambiĆ©n se evidenciĆ³ en Patagonia con la ballena Francaā€.

Si bien se trata de otra especie, el Instituto de ConservaciĆ³n de Ballenas, publicĆ³ un informe en marzo de este aƱo donde evidencia el aumento de la interacciĆ³n de redes de pesca o colisiones con la ballena franca austral. SegĆŗn describe el informe, de un total de 3.811 ballenas francas foto-identificadas en PenĆ­nsula ValdĆ©s entre 1971 y 2017, se detectaron heridas de origen posiblemente antrĆ³pico en 141 ballenas, que representaron el 3,7% de todos los individuos del catĆ”logo y entre el 1 y 2% de las ballenas identificadas en cada dĆ©cada. Del total (141) de ballenas con diversos tipos de lesiones en cada dĆ©cada, las ballenas con heridas por enmalles en 1971-1979 eran el 3% mientras que en 2010-2017 ese porcentaje fue ocho veces superior llegando al 26%.

“Nos llama la atenciĆ³n el numero creciente de avistajes de estos animales, tanto vivos como muertos. Otra posible hipĆ³tesis que existen es que podrĆ­a existir una dispersiĆ³n de sus presas generada por el aumento de la temperatura del ocĆ©ano como consecuencia del calentamiento global. Los animales comienzan a buscar sus presas en lugares atĆ­picosā€, agregĆ³ Sergio Rodriguez Heredia, biĆ³logo y responsable del centro de rescate de la FundaciĆ³n Mundo Marino. Por otro lado, respecto a quĆ© hacer si se encuentran cetĆ”ceos varados en playa, explicĆ³: ā€œEs importantĆ­simo que las personas no se acerquen ni toquen el cuerpo del animal, como mostraron las recientes imĆ”genes de lo ocurrido en Comodoro Rivadavia. Existe el riesgo de que transmitan una zoonosis. EstĆ© vivo o muerto, hay que llamar a Prefectura Naval o al centro de rescate especializado mĆ”s cercanoā€.

CĆ³mo fue el operativo en San Clemente

Al llegar al lugar durante la tarde del sĆ”bado 7 de agosto, constataron que el animal estaba cubierto casi en su totalidad de agua y que sĆ³lo movĆ­a una de sus aletas pectorales y la aleta caudal, dado que la otra aleta pectoral se encontraba enterrada en el fondo arenoso. Lo que se determinĆ³, frente a esa situaciĆ³n, fue esperar a que subiera la marea para trabajar en maniobras de reflotaciĆ³n que lo liberen del cuadro de acalambramiento en que se encontraba.

Una vez que la marea subiĆ³ se comenzĆ³ a mover al animal para desenterrar una de sus aletas pectorales y lograr que quedara enderezado, evitando que se daƱara la aleta pectoral y a que ingresara agua por sus espirĆ”culos. AsĆ­ se pudo direccionar, con mucho esfuerzo, al animal al canal de salida. Pero, aunque el animal quedĆ³ libre del fondo arenoso, el aumento de la marea y del volumen de agua, hizo que los rescatistas dejaran de tener un punto de apoyo para continuar haciendo fuerza. AdemĆ”s de no poder hacer pie en el lugar, comenzĆ³ a caer la noche, haciendo peligrar la seguridad personal del equipo de rescate por lo que se optĆ³ por suspender los movimientos de reflotaciĆ³n para retomarlos durante la maƱana siguiente.

Durante la maƱana de domingo, a pesar del aumento del volumen del agua y a que el animal quedĆ³ despegado del fondo arenoso, apareciĆ³ mirando hacia el interior del canal, en direcciĆ³n a la Tapera de LĆ³pez. ā€œEso no fue un buen indicador. Evidentemente el animal varĆ³, como suele suceder en el caso de varamientos individuales, por un cuadro patolĆ³gico agudo. AdemĆ”s, a medida que bajĆ³ el volumen de agua, comenzĆ³ a soportar su propio peso contra un sustrato sĆ³lido.

El esqueleto de los cetĆ”ceos evolutivamente no estĆ” preparado para soportar su propio peso. A partir de ese momento comienzan a generarse una cadena de fallas fisiolĆ³gicas en sus organismosā€, sostuvo Sergio RodrĆ­guez Heredia, biĆ³logo y responsable del Centro de Rescate de la FundaciĆ³n Mundo Marino. Por otra parte, durante el domingo la sudestada y la tormenta elĆ©ctrica no permitieron que el personal de asistencia ingrese nuevamente al agua.

Ya el lunes el animal apareciĆ³ en la orilla de la costa, sobre un cangrejal, con muy poca agua. AdemĆ”s de soportar su propio peso, comenzĆ³ a exponerse a la luz solar, lo cual genera lastimaduras en su piel y un cuadro de hipertermia (aumento de su temperatura corporal). “VarĆ³ encima de un cangrejal. Un lugar incluso donde es difĆ­cil hacer pie y hacer maniobras. Cada minuto que pasĆ³ en ese estado se fue debilitado. Eso junto a lo que nos arrojaron los resultados de sangre, era claro que el animal habĆ­a salido a morir. Se lo cuidĆ³ hasta Ćŗltimo momento, protegiĆ©ndolo del sol y de viento, hasta que lamentablemente muriĆ³”, afirmĆ³ RodrĆ­guez Heredia.

“A pesar del triste desenlace, nos dejĆ³ muchos aprendizajes para poder ayudar en prĆ³ximos casos. Cada varamiento es individual y requiere un abordaje acorde a sus circunstancias. Por eso, sumamos una experiencia que no tengo dudas podremos aplicar cuando nos encontremos frente a otra situaciĆ³n de varamiento de este tipo”, sostuvo Andrea Cabrera, vicepresidenta de la FundaciĆ³n Mundo Marino.

Acerca de la Ballena Jorobada

El nombre ā€œjorobadaā€ se debe a que tienen una pequeƱa joroba antes de su aleta dorsal que, al encorvarse antes de sumergirse, se pronuncia mĆ”s. De distribuciĆ³n cosmopolita, se caracteriza por tener grandes aletas pectorales que pueden representar hasta casi un tercio de su tamaƱo y por tener protuberancias tanto en su cabeza como en las aletas. Como el resto de los misticetos, la ballena jorobada posee barbas para filtrar el alimento entre la gran cantidad de agua que ingieren. Esto la diferencia de otros tipos de cetĆ”ceos como las orcas o delfines que se encuentran dentro del grupo de los odontocetos y cuya caracterĆ­stica distintiva es la de tener dientes. Otra caracterĆ­stica de la ballena jorobada, y que es comĆŗn al resto de los rorcuales, es que poseen una gran cantidad de pliegues ventrales desde la mandĆ­bula hasta el ombligo y que les permiten distender la boca a la hora de alimentarse. Su dieta se compone de plancton y peces que se encuentran en aguas de altura media o cercana a la superficie.

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