El Congreso de Chile aprobó el 30 de mayo la prohibición de bolsas plásticas de un solo uso en todo el territorio nacional, poniéndose a la vanguardia en la lucha por un mundo sin contaminación por plásticos, en la antesala del Día Mundial del Medio Ambiente.
El año pasado, Chile puso en marcha una campaña denominada “#ChaoBolsasPlásticas” y prohibió el consumo de estos artículos en un centenar de comunas costeras del país. El Gobierno del presidente Sebastián Piñera decidió ir más allá y en mayo de 2018 pidió al Congreso ampliar la medida a todo el país.
La prohibición entrará en vigor dentro de un año para los minoristas y dentro de dos años para las pequeñas empresas.
“Hoy estamos mejor preparados para legarle un mejor país a nuestros hijos, nietos y las generaciones que vendrán”, dijo Piñera.
Otros países en América Latina y el Caribe están implementando impuestos, restricciones y prohibiciones para combatir las bolsas plásticas y sus dañinos impactos en los océanos y las especies marinas.
Se calcula que cada año se consumen 5 billones de bolsas de plástico, la mayoría hechas de polietileno, un polímero derivado del petróleo, de bajo costo y fácil fabricación, que tarda al menos 500 años en degradarse.
América Latina y el Caribe no puede quedarse de brazos cruzados frente a la contaminación plástica: es una de las regiones más biodiversas del mundo, custodia 16 millones de kilómetros cuadrados de mar y es la fuente de 24% de la pesca global.
Los gobiernos de la región han estado aplicando políticas audaces contra la contaminación. Antigua y Barbuda fue el primer país del continente en prohibir las bolsas de plástico en 2016.Poco después le siguió Colombia, que prohibió también en 2016 la circulación de bolsas plásticas inferiores a 30×30 centímetros y un año después impuso un impuesto a las bolsas de mayor tamaño y exigió que tuvieran una mayor resistencia para que puedan ser reutilizadas.