En una operación que duró cinco días, la tripulación del Sam Simon, barco de Sea Shepherd, completó con éxito la recuperación de una red de enmalle abandonada por el Thunder, buque de pesca furtivo. El equipo ilegal de pesca fue localizado a 62˚ 16’ Sur 081˚ 14 Este, dentro de la zona perteneciente a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, en el Océano Austral.
La tripulación de treinta miembros, conformada por voluntarios de quince naciones, trabajó 24 horas al día para recuperar la red de enmalle ilegal que mide un total de 25 kilómetros de longitud.
Se encontraron más de 200 ejemplares de merluza negra y bacalao antártico en la red de enmalle, el de mayor tamaño medía aproximadamente 1,6 metros de largo. Los científicos a bordo del Sam Simon confirmaron que una parte de los peces muertos eran hembras en edad reproductiva y que llevaban huevos en su interior.
También se encontraron muertos ejemplares de especies que no son objetivo de la pesca, tales como rayas, cangrejos, medusas y un número impactante de granaderos. Todos murieron al quedar atrapados en el equipo de pesca ilegal. La mayoría de los cangrejos atrapados en la red seguían con vida y fue posible devolverlos al Océano Austral.
El capitán del Sam Simon, Sid Chakravarty, declaró: ‘Gracias a la confiscación del equipo de redes de enmalle ilegales desplegadas en combinación con la persecución del Thunder que está realizando el Bob Barker, la Operación Icefish ha logrado lo que se había propuesto hacer a menos de un mes de su comienzo. Las penumbras de la Antártida, usadas por esta industria derrochadora y destructiva, están siendo liberadas de los buques ilegales, y la vida marina de su ecosistema prístino está recibiendo la protección que merece’.