Un grupo de voluntarios junto con otras entidades plantaron 130 mil árboles para reforestar 1.100 hectáreas de bosque autóctono que fueron arrasadas por un incendio en enero de 2012, y que de todos modos tardarán ‘hasta 650 años’ en regenerarse por completo.
La iniciativa nace de un grupo llamado ‘Soy parte del bosque fueguino’, que junto al Club Andino de Ushuaia y de Río Grande, el Club Amigos de la Montaña, y la Dirección de Bosques de Tierra del Fuego y la Administración Nacional de Parques Nacionales, trabajan en la reforestación.
En el 2012, un fogón mal apagado originó que se quemaran unos 200 mil ejemplares de lengas, cohiues y otras especies locales, en el paraje conocido como ‘Bahía Torito’, ubicado sobre la costa del Lago Fagnano, a unos 80 kilómetros al norte de la ciudad de Ushuaia.
‘Me acuerdo que todos nos sentimos afectados por lo que pasó. La nube de humo se veía casi desde la ciudad. Fue cuando decidimos que teníamos que hacer algo’, afirmó Loreto Fernández Génova, la referente del grupo que lleva adelante la reforestación, quien sólo suspendió su trabajo cuando quedó embarazada.
‘Es un trabajo duro, de pico y pala y con una noche durmiendo en un refugio de la zona. Pero podemos exhibir resultados. Hemos plantado 130 mil árboles y a este ritmo podríamos concluir en 2019 la tarea de reponer los 200 mil que se quemaron’, confió Fernández Génova.
Los voluntarios comenzaron a realizar campañas de dos días al lugar del incendio en el otoño de 2014, y desde entonces llevan siete campañas consecutivas en otoño y primavera, que son ‘los períodos más aptos para replantar la especies dañadas’, precisó Fernández Génova.
La organización ya logró trasladar al bosque quemado unas 700 personas que se ofrecieron a realizar el trabajo, muchos de ellos alumnos de colegios secundarios mayores de quince años que fueron visitados en sus escuelas, donde la entidad lleva adelante una ‘fuerte tarea de concientización sobre lo ocurrido’.