Dos cazadores furtivos fueron sorprendidos cuando salían de un campo de Benetton (en la zona de Alto Chubut), con tres ciervos faenados. No acataron la orden de detención de la policía de Ñorquinco y huyeron hacia El Maitén por la ex ruta 40.
En el límite con Chubut los esperaba un patrullero de El Maitén. Lejos de entregarse, optaron por retomar el camino de tierra y anduvieron a más de 130 km por hora (perseguidos por efectivos de ambas fuerzas) hasta ser detenidos finalmente por otro móvil policial establecido ya dentro del casco urbano de Ñorquinco.
Poseían armamento de grueso calibre y en el interior del rodado también había $40.000, que al parecer “pensaban utilizar para pagar el silencio de algún policía que se atreviese a detenerlos”. Además hallaron un mameluco y una gorra con identificación del escuadrón Esquel del Ejército Argentino.
Según detalló más tarde el subcomisario César Conde, “se presume que el destino de la carne sería para su comercialización” y que “la investigación comenzó hace una semana”.
Graficó que el viernes pasado, “en un operativo conjunto con el comisario Hugo Melipil, de El Maitén, se logró la identificación de un hombre, procedente de Puerto Madryn, dedicado a la caza. Aún cuando pudo justificar la tenencia del armamento que tenía en su poder, el año pasado ya estuvo detenido por una causa similar”, recordó.
La pesquisa continuó “el sábado a la tarde, cuando se dan a la fuga seis personas (cuatro con fusiles), que estaban cazando en el sector donde está la brama de ciervos por estos días y fueron divisados por un empleado de la Compañía de Tierras del Sud Argentino”.
La vigilancia “se mantuvo durante toda la semana, hasta que en la madrugada del jueves, en un control que se estaba haciendo por parte de la policía rionegrina a la altura del acceso conocido como Puesto de Chapas, una camioneta procedente la estancia pasó a gran velocidad, no acató la orden de detenerse y tomó por la ruta hacia El Maitén”.
Al llegar al límite interprovincial, al advertir que esperaba un móvil de la comisaría chubutense, giró y retomó la huida por territorio rionegrino, perseguidos por el patrullero a 130 km por hora. Al llegar a la estancia El Portezuelo se encontró nuevamente con el control anterior, al que directamente “pasaron por encima en su alocada carrera”.
Fue entonces que ambos patrulleros comenzaron el acoso desde atrás, que recién terminó dentro del pueblo de Ñorquinco (luego de 30 km), donde otros uniformados debieron atravesar en la calle un auto y una pick up para detener su marcha. Al verse rodeados, los dos hombres que viajaban en la Chevrolet S10 gris no tuvieron otra opción que rendirse.
La sorpresa de los policías comenzó cuando observaron el armamento que portaban los imputados: dos fusiles de alto poder con potente mira telescópica y trípode de apoyo, dos armas de puño de grueso calibre (de 44 y 45 mm) con municiones de punta hueca fragmentada, varios cuchillos y hasta una chaira.
Al revisar la caja de utilitario aparecieron tres ciervos faenados (uno de gran porte, cuya cabeza había sido prolijamente separada para entregar a algún taxidermista, ya que cuenta con una cornamenta de 10 astas).
Según se comprobó más tarde, los cazadores contaban con el apoyo de otro hombre de la zona, a bordo de un auto ya identificado, quien “iba proporcionando información de posibles controles sobre la ruta”.
Los dos acusados (uno con domicilio en Comodoro Rivadavia y el otro en Río Chico) quedaron detenidos en la comisaría de Ñorquinco y a disposición del fiscal Francisco Arrien, en la ciudad de El Bolsón, aunque se esperaba su traslado a los tribunales de Bariloche.