Una torre de más de 300 metros comenzó a ser construida este mes en el corazón de la Amazonia de Brasil para investigar el gigantesco ecosistema y las señales de cambio climático, informó el domingo el diario O Estado de Sao Paulo.
La Torre de Alta Observación de la Amazonia, de 325 metros, estará dotada de instrumentos de alta tecnología y un observatorio, para investigar durante al menos 20 años las relaciones entre la atmósfera y la selva, el calor, el agua, el gas carbónico, los vientos, la formación de nubes, la absorción de carbono y la meteorología del lugar. El proyecto es del brasileño Instituto de Investigaciones Amazónicas, (INPA, estatal) y el alemán Instituto Max Planck. La estructura de acero ha sido transportada desde el sur de Brasil, 4.000 km en camiones y balsas.
El proyecto ATTO (sigla en inglés de Torre de Alta Observación de la Amazonia) demoró siete años en hacerse realidad. Uno de los grandes desafíos fue elegir el lugar, a unos 170 km de la capital del estado Amazonas, Manaos, donde sería erguida esa torre, lejos de cualquier aglomeración humana, explicó al diario Antonio Manzi, uno de los coordinadores del proyecto.
La selva es uno de los ecosistemas más sensibles del mundo, y tiene una poderosa influencia en la emisión o retención de carbono. “La torre nos ayudará a responder a un sinnúmero de dudas en relación al cambio climático global”, afirmó Paulo Artaxo, de la Universidad de Sao Paulo, también coordinador del proyecto. “Entenderemos mejor el papel de la Amazonia y otras áreas tropicales húmedas en los modelos climáticos”, explicó.
En su página de internet, INPA explica que el objetivo es “crear una referencia mundial en investigaciones sobre bosques tropicales”. El Instituto Max Planck ya impulsó la construcción de una torre de observación de 300 metros en Siberia.
Si las tendencias actuales de la ganadería, agricultura, incendios y sequías se mantienen, para 2050 se podría destruir o dañar fuertemente entre el 30 y 60% del bosque amazónico, publicó el Fondo Mundial para la Naturaleza. Esto quiere decir que si la temperatura sigue subiendo como producto del cambio climático, existe el riesgo de que la Amazonia pase de ser una zona verde y rica en biodiversidad a una sabana seca.
“Estamos corriendo un riesgo grave de perder una gran parte del bosque tropical amazónico. Si el calentamiento excede unos pocos grados Celsius, es muy posible que el proceso de ‘sabanización’ se vuelva irreversible “, dijo Carlos Nobre, científico principal INPE (Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil).