Cómo hizo una humilde comunidad campesina para curar un río de metales pesados

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Una comunidad campesina de la Cordillera Blanca ubicada en la provincia de Huaraz en Perú fue responsable de ‘curar’ el agua de sus ríos gracias a sus saberes ancestrales y la utilización de soluciones científicas.

Es tan grande la iniciativa que incluso figura entre las diez finalistas (de un centenar de proyectos alrededor de todo el mundo) para ganar el reconocido concurso Solution Search: Water Pollution & Behavior Change.

“Todos en la comunidad, estamos muy emocionados por haber sido seleccionados para representar al país. ¡Han participado más de 33 países del mundo!”, dijo el emocionado campesino Vicente Salvador Gonzales, quien hace más de seis años se propuso curar con sus propias manos el río Negro, afectado por el cambio climático.

En la casa de don Vicente, junto con su esposa Teodora y toda su familia, ya están celebrando que los hayan seleccionado gracias a su valiosa iniciativa de purificar las aguas del rio Negro. Valoran mucho que los tomen en cuenta en este concurso tan importante que siempre está en busca de reconocer ideas innovadoras que ayuden a reducir y prevenir la contaminación ambiental en todo el mundo.

De esta manera han sido capaces de monitorear la calidad del agua contaminada debido al oxido toxico de las rocas. “El peachímetro sirve para medir la acidez de los líquidos. Si después de sumergirlo en el agua, el pH es de 3,5 eso significa que no es apta para el consumo humano ni animal. El agua debe tener entre 6,5 y 8,5 de pH para tomarla sin que parezca una limonada”, explicó Fructuosa Cruz, integrante de CIAL.

Reconocimiento compartido

Don Salvador admite poder compartir el logro con quienes integran el Comité de Investigación Agropecuario Local (CIAL), que él preside, y también con los ingenieros del instituto de montaña ya que ellos les enseñaron a utilizar dos valiosos instrumentos que hoy son guardados con mucho cuidado: un peachímetro y un conductímetro.

De esta manera han sido capaces de monitorear la calidad del agua contaminada debido al oxido toxico de las rocas. “El peachímetro sirve para medir la acidez de los líquidos. Si después de sumergirlo en el agua, el pH es de 3,5 eso significa que no es apta para el consumo humano ni animal. El agua debe tener entre 6,5 y 8,5 de pH para tomarla sin que parezca una limonada”, explicó Fructuosa Cruz, integrante de CIAL.

Sistema purificador

Para ser capaces de reducir el daño en las aguas del río fue necesario construir un sistema purificador que fuera capaz de recolectar el agua contaminada en pequeños pozos de sedimentación.

El objetivo de estos grandes hoyos, de 4m de ancho y 10m de alto, es actuar como un colador. Es decir, los metales presentes en la corriente como el hierro, plomo, cadmio, cromo y arsénico pasan por los hoyos y quedan depositados en el fondo. Pero, todo esto se complementa con un sistema de humedales naturales.

“Plantamos alrededor de 900 totorales, una planta andina cuyas raíces tienen la capacidad de absorber los metales del agua”, contó Doris Chávez Osorio, coordinadora del proyecto de biorremediación.

Los cambios empezaron a verse cuando las vacas empezaron a engordar y la ropa de los pobladores dejaron de teñirse de naranja. “Es increíble lo que don Salvador y la comunidad han logrado, estamos muy orgullosos de ellos”, añadió.

Todos sabemos que el agua limpia es fundamental para los seres humanos y los ecosistemas del planeta. Por eso la purificación de las aguas del rio negro, se ha convertido en una opción favorita del concurso.

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