Tras una semana de prometedores anuncios contra el carbón, el metano o la deforestación, la COP26 llega a su ecuador y afronta en su recta final el reto de consensuar un plan que acelere la lucha contra el cambio climático y ofrezca financiación sostenible a los países en vías de desarrollo.
Hacia el consenso final
La mayoría de observadores coincide en que los compromisos difundidos por los Gobiernos desde el inicio de la cumbre del clima de la ONU el 31 de octubre en Glasgow (Escocia) “son un paso adelante”, si bien “todo depende de que se apliquen pronto y bien”, dice Nick Mabey, del prestigioso centro de estudios E3G.
ONG como Greenpeace reconocen que ha habido avances, pero advierten de que muchas de las iniciativas “son voluntarias” y a veces “la letra pequeña incluye lagunas”, por lo que el éxito residirá en su ejecución.
“En conjunto, el hecho de que ahora tengamos a un 90 % de la economía mundial comprometida a alcanzar un cero neto de emisiones de carbono y que, si los países cumplen sus compromisos, podemos limitar el calentamiento global a 1,8 grados este siglo (según datos de la Agencia Internacional de la Energía, AIE) significa que los políticos se han dado cuenta de la magnitud del problema y están ofreciendo soluciones”, afirma Mabey.
Según datos de Naciones Unidas, de cumplirse las medidas anunciadas hasta ahora conllevarían una reducción de 9 gigatoneladas de CO2, frente al total de 22 que deben eliminarse antes de 2030 para lograr limitar el calentamiento del planeta este siglo a 1,5 grados, tal como recoge el Acuerdo de París.
Eliminación del carbón
Para mantener viable esa meta, los Estados deben acordar al final de la COP26, el 12 de noviembre, un mecanismo para espolear el recorte de emanaciones, con ayudas para aquellos territorios más pobres que, sin fomentarlas, sufren sus consecuencias.
Una de las mejoras concretas en lo que va de cumbre ha sido el primer anuncio que hizo la India, uno de los países más contaminantes, sobre cuándo prevé alcanzar las ceros emisiones netas, algo que hará en 2070 (frente al objetivo general de 2050), y que triplicará sus fuentes de energía renovable para 2030.
Analistas como Ed King valoran también los tres compromisos multilaterales adquiridos para ir abandonando la generación de electricidad con hidrocarburos, responsable del 25 % de las emisiones de CO2.
Destaca el acuerdo rubricado por una veintena de países, como Estados Unidos, Costa Rica o el Reino Unido, para poner fin a la financiación de los combustibles fósiles en el extranjero en 2022, lo que liberará unos 18.000 millones de dólares (15.700 millones de euros) para renovables.
Aunque China, cuyo líder Xi Jinping es el gran ausente de esta cumbre, no firmó este pacto -como tampoco Japón, Rusia o Australia-, previamente se había comprometido a no invertir más en plantas de carbón fuera de sus fronteras y a alcanzar el cero neto de emisiones antes de 2060.
Por otro lado, veintitrés países se han comprometido por primera vez a no construir nuevas centrales eléctricas de carbón, lo que eleva ese bloque hasta un total de 42 Estados.
Aunque no están EE.UU., India ni China, sí figuran Indonesia, Vietnam, Corea del Sur, España o Polonia, responsable, este último, del 96 % de la hulla extraída en la Unión Europea en 2020 y el 43 % del total del consumo de carbón en el bloque comunitario. Pese a todo, Polonia no planea dejar la hulla hasta 2049, un horizonte más lejano de lo deseado.
Mabey considera que la ausencia de Estados Unidos en este pacto, motivada por cuestiones de política nacional, aunque “visualmente no queda bien” no tiene consecuencias significativas, pues el país apenas tiene centrales de carbón.
En un tercer anuncio, veintiocho Gobiernos se sumaron al grupo de Estados comprometidos con la eliminación paulatina del carbón de su “mix energético”, lo que eleva su total a 165.
Deforestación y metano
Otro avance esta semana ha sido una alianza de más de cien países para reducir esta década un 30 % las emisiones de metano, aunque con la ausencia de China, India y Rusia.
La COP26 se apuntó el martes su primer triunfo al anunciar un acuerdo entre 110 países, entre ellos Brasil o Colombia, para detener la deforestación en 2030, lo que permitiría mejorar la efectividad de los bosques como sumideros de carbono en la lucha contra el cambio climático.
Y este sábado, 45 Estados se comprometieron a avanzar hacia una agricultura más natural y sostenible, lo que tendrá especial impacto en Latinoamérica, África y Asia.
Financiación para la adaptación
De cara a la que empieza, el presidente de la COP26, el exministro británico Alok Sharma, ha indicado que la prioridad será acordar contribuciones de los países ricos a los pobres para que puedan adaptarse al cambio climático, más allá de los 100.000 millones de dólares (86.500 millones de euros) anuales acordados en 2009 y que se aplicarán en 2022. También está pendiente desarrollar las normativa para la plena aplicación del Acuerdo de París.