Líderes políticos, representantes de la sociedad civil y del sector privado señalaron al plástico como uno de los inventos revolucionarios del siglo pasado, pero abogaron por cambiar las formas de cómo se produce, se usa y se gestionan sus residuos.
“Este proceso no concluye en una sola noche, requiere muchas negociaciones y la implicación de diferentes grupos, pero el potencial está ahí”, declaró este lunes la directora ejecutiva en funciones de ONU Medioambiente, Joyce Msuya.
Msuya hizo estas declaraciones en un acto de la IV Asamblea de Medio Ambiente de la ONU (UNEA-4), que se celebra hasta el viernes en el complejo de la ONU en Nairobi y que congrega a representantes de 193 países, incluidos jefes de Estado y ministros.
Bajo el lema “Fortalecer el esfuerzo global para luchar contra la polución de plásticos”, ese evento congregó a decenas de asistentes para analizar las formas de luchar contra esta lacra que, según denunciaron, también afecta la salud de las personas.
“Si como un pescado que contiene microplásticos, esto afectará a mi salud y por lo tanto también tendrá un impacto en la economía del país”, comentó Msuya.
La presencia de plástico en la arena de las playas, en los organismos de los animales, en la sal marina y hasta en el agua ha hecho saltar las alarmas y ha obligado a poner en marcha medidas para reducir el consumo de los plásticos de un solo uso, responsables en buena parte del problema.
Según datos de ONU Medioambiente, una media de ocho toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, residuos que generan “un daño para la biodiversidad de la costa y para especies en peligro”.
Cerca de un 80% de las aguas residuales son descartadas sin tratamiento, lo que, según este organismo, pone en peligro las reservas de pescado y los ecosistemas marinos y afecta también a millones de personas que dependen de la economía azul para su alimentación y desarrollo.