Las altas temperaturas que se registran en muchos lugares durante el verano se ven incrementadas, en muchas ocasiones, por el asfalto de las ciudades y el resto de actividades humanas. Es lo que se conoce como el efecto isla de calor, algo que las autoridades pretenden aminorar en los próximos años marcando una tendencia a despavimentar.
El surgimiento del movimiento Depave (despavimentar)
En Estados Unidos ha surgido un movimiento cuyo objetivo es eliminar directamente el pavimento artificial. Depave (despavimentar) es el nombre que le han puesto, y ya ha completado 75 proyectos en Portland.
Este movimiento se ha expandido a otras ciudades norteamericanas y del resto del mundo, como Londres, París o Ámsterdam. Todo comenzó en Portland en 2008, cuando un grupo de voluntarios creó Depave para sustituir asfalto por zonas ajardinadas y permitir que el agua de lluvia fuese absorbida por la tierra, evitando inundaciones.
Desde entonces, la idea ha ido extendiéndose y ha sido acogida con los brazos abiertos por los habitantes de muchas de estas localidades.
Katherine Rose, directora de comunicaciones de Depave, comentó a la BBC: «Es como liberar la tierra». El objetivo de la iniciativa consiste en reemplazar la mayor cantidad posible de cemento, hormigón y otros materiales por la tierra propia del lugar o por zonas verdes.
Beneficios de la despavimentación
Además de facilitar la absorción del agua de lluvia, los impulsores de Depave promueven el crecimiento de plantas silvestres en el espacio urbano, lo que refresca el ambiente y genera sombra, aliviando la sensación de calor y protegiendo a los habitantes de la insolación.
Desde Depave explican: «En muchas ciudades, más de la mitad del terreno urbano está pavimentado para calzadas y aparcamientos. Si bien es posible que necesitemos aceras y calzadas, podemos minimizar el pavimento que utilizamos y, de ese modo, restaurar el entorno natural».
Expansión internacional y colaboración con NASA
Lo que comenzó en Portland se ha extendido a otras zonas de Estados Unidos, como Chicago, y ha cruzado el charco para llegar a Europa. En Lovaina (Bélgica), se han eliminado 6.800 metros cuadrados de hormigón, lo que ha permitido que 1,7 millones de litros de agua hayan sido absorbidos por la tierra.
Esta ciudad belga se plantea ahora despavimentar a gran escala, destinando varios millones de euros para financiar proyectos de renaturalización. En Francia, la tendencia hacia la despavimentación también está ganando impulso. El gobierno de Emmanuel Macron ha destinado 540 millones de euros a iniciativas de ecología urbana, incluyendo la eliminación de pavimento y la creación de techos verdes y jardines verticales.
Para destacar los beneficios de estas iniciativas, Depave ha implementado un programa en colaboración con la NASA. Utilizando imágenes satelitales y un avanzado sensor térmico infrarrojo, han confirmado la reducción de la temperatura en las áreas despavimentadas. Este análisis ha permitido crear un mapa de calor urbano que demuestra cómo las zonas donde se ha retirado el pavimento experimentan un descenso térmico significativo.
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