La Unión Europea busca posicionarse como el principal destino global y promover empresas y tecnologías sostenibles. Este ambicioso objetivo forma parte del Pacto por una Industria Limpia, presentado recientemente por la Comisión Europea.
El plan tiene como propósito convertir la descarbonización en un motor de crecimiento económico y reindustrialización para el continente. Además, está diseñado para que los 27 países miembros puedan avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono y competir con gigantes como China y Estados Unidos.
“El Pacto por una Industria Limpia marca un cambio significativo en la política industrial de Europa. Por primera vez, se prioriza la contratación pública para impulsar las tecnologías verdes producidas en el continente”, señala Neil Makaroff, director del centro de estudios Strategic Perspectives. “También se invertirán recursos en cadenas de valor a nivel europeo, especialmente en áreas donde hay carencias, como el refinado de litio, esencial para la fabricación de baterías”, añade.
Reducir costos y fomentar la competitividad
La Comisión Europea planea movilizar más de 100.000 millones de euros a corto plazo para apoyar esta transición. Uno de los objetivos principales es promover y ofrecer estabilidad a las empresas sostenibles y reducir los costos energéticos, especialmente en sectores de alto consumo como el acero y el cemento, sin dejar de lado a los hogares.
El pacto también pone el foco en las tecnologías limpias, consideradas clave para la competitividad y el desarrollo económico. Según Cleantech for Europe, una organización que representa a empresas ecológicas, este acuerdo es un avance positivo. “Aporta una dosis de pragmatismo al Green Deal, al reconocer que las empresas privadas serán las encargadas de implementar los cambios necesarios para transformar nuestra economía”, afirma Victor Van Hoorn, director de la organización.
Acceso a recursos y desafíos del plan
Otro aspecto destacado del pacto es garantizar el acceso a materias primas esenciales. Para ello, la Comisión propone medidas como compras conjuntas y la diversificación de las cadenas de suministro, recurriendo a socios internacionales confiables. Además, se compromete a utilizar herramientas de defensa comercial para proteger a las empresas europeas frente a prácticas desleales.
Sin embargo, algunos críticos temen que este plan pueda debilitar el Pacto Verde, el proyecto insignia del mandato de Ursula von der Leyen. En respuesta, la Comisión reafirma su compromiso de alcanzar la neutralidad en carbono para 2050 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030. También aspira a una disminución del 90% de estas emisiones para 2040.
Para destacar el potencial de la descarbonización como motor de desarrollo, la Comisión recuerda que los proyectos de energías renovables podrían generar más de 3,5 millones de empleos para 2030.
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