El Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología (COQCYT), por medio de la Red de Planetarios de Quintana Roo, presentó la investigación «Química Verde: en Busca de Nuevas Alternativas de Energía» impartida por la doctora en Ingeniería Beatriz Escobar Morales, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), quien propone usar el sargazo para hacer combustible a través de un biocarbón.
La especialista informó que el crear biocarbón dopados con hidrógeno y azufre a través de un residuo que es un problema puede ser prudente llegar a utilizar elementos como el sargazo, el lirio acuático, que inunda cuerpos de agua dulce como ríos y lagunas y desechos industriales, como las semillas de ramón, con el que se obtiene la harina.
Beatriz Escobar remarcó que la talofita es un grave problema para todo el mundo no sólo para el Caribe Mexicano, además que su desagradable olor se debe al sulfuro de hidrógeno que contienen las pequeñas esferas que están con el alga y que son las responsables de que esta pueda flotar.
La doctora informó que los males a la salud de los humanos que genera esta talofita son: dermatitis, conjuntivitis y afectaciones del tracto respiratorio. Beatriz Escobar dijo que en algún momento el sargazo fue denominada “Selva tropical flotante”, a la que se le asocian 145 especies de invertebrados y 100 especies de peces.
Beatriz Escobar Morales, quien obtuvo un reconocimiento en Quintana Roo al ganar en la categoría de investigación científica, en el elemento de los Premios Estatales de Ciencia y Tecnología, y Reconocimiento a la Innovación en el 2016, propuso que primero hay que recolectar el sargazo, se lava con agua de mar, se seca a la luz del sol y por medio de procesos químicos pueden tener un material adecuado para aplicación y almacenamiento de energía.
La doctora y sus compañeros del COQCYT descubrieron que con el sargazo pueden tener biocarbones, si no también nanopartículas metálicas, entonces aquí entra la “Química Verde” que es utilizar recursos amigables con el medio ambiente para obtener productos que sean utilizados en la industria, con la construcción de una celda de combustible.
“Los investigadores del laboratorio del COQCYT están creando una celda de combustible milimétrica, es cual es un diseño completamente nuevo, de hecho, el diseño interno está en un proceso de patente en Yucatán”, dijo.
La también licenciada en física por la Universidad Juárez de Tabasco, explicó que toda biomasa para hacer energía puede ser producto de desechos de animales, plantas, restos de la agricultura, zafra de caña, por lo que toda esa biomasa puede ser llevada a un biocarbón, por medio de un tratamiento térmico en una atmósfera que tenga presencia de oxígeno que tenga temperaturas entre los 400 y 1,200 grados centígrados, lo más importante es que con este proceso puede obtenerse el biocarbón.
Pero dependiendo de la porosidad de los desechos ayudará a crear gases, por lo que no todos los desechos pueden servir. A través de una celda de combustible que no produce gases de efecto invernadero, pero esta tecnología de la celda de combustible no es accesible para muchos, aunque ya hay autobuses de hidrógeno, baterías de hidrógeno y hasta pilas, señaló.