Es una de las ciudades más soleadas de Francia. Con 3.000 horas de sol y un nivel de radiación de 1.900 kWh/m²/año, Marsella se beneficia de un contexto muy favorable para producir electricidad solar.
La ciudad se dio cuenta de este potencial un poco tarde. Acaba de empezar a cubrir sus tejados más grandes con paneles fotovoltaicos.
Explotar a gran escala la energía solar en un entorno urbano como éste no es fácil. Los retos son numerosos: la presencia de monumentos históricos, la normativa urbanística, las características técnicas de cada edificio y la presencia de una multitud de actores que hay que reunir (autoridades locales, propietarios, copropietarios, empresas, el Estado, etc.).
Cubierta fotovoltaica de 26 km
Conscientes de estas dificultades, un grupo de concejales quiere llevar al extremo la producción de electricidad solar cubriendo los 26 km de autopistas urbanas que atraviesan la ciudad con una marquesina fotovoltaica.
Según sus cálculos, la instalación produciría 130 GWh cada año, lo que equivale al consumo de electricidad de unas 60.000 personas (el 7% de la población de la ciudad).
La cubierta solar cubrirían una superficie de 800.000 m² y tendrían una potencia máxima de 100 MW.
El coste se estima en unos 300 euros/m² (unos 240 millones de euros), «ciertamente más del doble que el de las grandes centrales fotovoltaicas en tierra, pero comparable al de las instalaciones en tejados con un excelente rendimiento«, señala el comunicado de prensa.
Electricidad solar barata para los barrios más desfavorecidos.
Como estas carreteras discurren principalmente por barrios desfavorecidos, sus habitantes podrían beneficiarse de «precios de la electricidad más bajos y garantizados durante 20 años«, gracias a «comunidades de producción fotovoltaica de autoconsumo colectivo«, especifican.
Instalaciones en el metro, ferrocarriles y aparcamientos
Además de las autopistas, el grupo también prevé «solarizar» los tramos aéreos del metro, las líneas ferroviarias situadas «cerca del barrio» y los aparcamientos.