Córdoba se convirtió en el escenario de un proyecto innovador realizado por un grupo de alumnos de quinto y sexto año, y una camada de egresados del I.P.E.T 253 “Juan Domingo Perón”. Estos adolescentes de la localidad cordobesa de Cruz del Eje lograron transformar un motor de combustión a eléctrico.
Los alumnos de la I.P.E.T 235 crearon este motor y lo instalaron en una moto que comenzó a funcionar en 2022, para dos años más tarde, lograr que el vehículo tenga la autonomía necesaria para poder circular.
Este logro permite que la institución pueda ir por más y buscar inversores o asistentes económicos que les brinden la posibilidad de avanzar en la búsqueda de una moto completamente autosustentable. El próximo paso es la instalación de paneles solares para que el vehículo tenga un “gasto cero” y funcione con energía fotovoltaica.
Este proyecto inició en la cátedra de Operación y Mantenimiento de equipos electromecánicos, dictada por el profesor Jonathan Romero.
Un proyecto innovador hecho a pulmón
Gracias al trabajo de estos alumnos, que tiempo atrás cambiaron las luces del vehículo por focos led que “gastan menos y duran más”. También lograron cambiar la batería por una que le brinde la posibilidad de que la moto tenga una autonomía de 50 kilómetros.
Estas modificaciones permitieron que la moto creada por los estudiantes tiene la capacidad de viajar desde la ciudad de Córdoba hasta Villa Carlos Paz. Además, puede recorrer ida y vuelta el trayecto que une la capital provincial con Malagueño, sin necesidad de recargarse.
Este proyecto innovador de la institución cordobesa busca cumplir con sus objetivos. El más importante es colocarle paneles solares para que la moto ya no necesite de la electricidad para funcionar. Pero para esto necesita de ayuda económica para poder llevar adelante la transformación.
Un ventilador con materiales reciclados
Santino Zambrano, de 10 años, asiste a quinto grado en la escuela 4.008 Bartolomé Mitre de la Ciudad de Salta y diseñó un ventilador con un pequeño motor a partir de materiales reciclados. Zambrano presentó este proyecto en una feria escolar, donde recibió el reconocimientos de los docentes y funcionarios del Ministerio de Educación de la Provincia.
El niño de 10 años padece autismo, lo que su familia no considera una discapacidad, sino más bien una capacidad diferente. “Santi es una persona muy dedicada y con muchísimas ganas de aprender. Es muy ordenado, respetuoso, y aunque es hipersensible a los ruidos y texturas, ha logrado mucho en su inclusión escolar”, explicó Lorena Cruz, madre del Santino.
Santi realiza su trayectoria educativa gracias a un trabajo articulado entre la escuela inclusora, su familia, y la institución Tobar García, que brinda apoyo a la inclusión. Su familia está integrada también por su papá Eduardo Zambrano, de 44 años, y su hermano Marcos, de 22 años.
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