Han creado una herramienta bautizada como Brass’compost, la cual facilita la aireación de los compostadores.
La herramienta, que se asemeja a un gran sacacorchos, es en realidad un utensilio de jardinería. Se volverá esencial para todos los hogares que decidan instalar un contenedor de compost en su jardín.
¿Cómo funciona?
A primera vista, uno podría pensar que es un sacacorchos para una botella gigante o un objeto de arte contemporáneo.
En realidad, es una herramienta de jardinería duradera, aún poco utilizada, pero que probablemente verá un aumento en los próximos años. Este utensilio ha sido fabricado en los talleres del ESAT de l’Odet, por trabajadores con algún tipo de discapacidad. Es una idea simple e ingeniosa: un aireador de compost.
Es una idea simple para un uso sencillo. La herramienta se presenta como un gran resorte con un mango circular en uno de sus extremos. Basta con sostener el mango y girar el resorte en el contenedor de compost para airearlo.
Este invento se usa cada vez que se añaden residuos, acelerando su descomposición. El compost resultante es de mejor calidad gracias a la aireación frecuente. «Gracias a la ergonomía de la herramienta, no dudamos en repetir esta operación«, explica el ESAT.
¿Cómo nació esta idea?
En 2009, la ciudad de Quimper ya deseaba organizar talleres de compostaje y buscaba voluntarios. Jean-Jacques Peuziat, el inventor del Brass’compost, ofreció sus servicios, interesado en el proyecto. Junto a su esposa, se enfrentaron a la dificultad de airear el compost, una tarea laboriosa y muy física. Imaginó el Brass’compost, lo patentó y lo fabricó y comercializó a través de los talleres del ESAT.
El antiguo profesor de física y química del IUFM de Quimper no era nuevo en la invención. También había creado un kit para aprender electricidad y electrónica, fabricado por un ESAT en Morbihan. Pero el Brass’compost es su invención de la que se siente más orgulloso.
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