En el esfuerzo global por mitigar el cambio climático, tanto la humanidad como los ecosistemas naturales desempeñan un papel crucial. Entre las herramientas de la naturaleza para combatir el calentamiento global se encuentran los sumideros de carbono, sistemas que pueden potenciar la absorción de carbono (CO2) por los océanos, reduciendo su concentración en la atmósfera.
De esta forma, los océanos se convierten en el mayor sumidero natural de carbono, al absorber cerca del 50 % de las emisiones antropogénicas de CO2. Organismos como el plancton, los corales, las algas y ciertos peces contribuyen a esta tarea desempeñando un rol esencial en este proceso, dado que ayudan a regular el clima del planeta. Sin embargo, esta capacidad tiene límites. Cuando los océanos absorben demasiado CO2, el pH disminuye, provocando acidificación y afectando negativamente a especies marinas clave como los corales y moluscos.
Ante el desafío de la limitada capacidad de los sumideros naturales, los investigadores se encuentran explorando diferentes técnicas basadas en procesos naturales para aumentar la absorción de carbono por los océanos. Una de ellas es el aumento de la alcalinidad oceánica (OAE), la cual emplea minerales como carbonatos y silicatos para modificar la química del agua de mar. Este enfoque busca incrementar el almacenamiento de CO2 en forma de bicarbonatos y carbonatos, minimizando los efectos de la acidificación.
En este sentido, un reciente estudio liderado por el biólogo marino Nicolás Sánchez, del Centro Helmholtz GEOMAR, evaluó los impactos ambientales de la alcalinización en ecosistemas marinos. Los resultados, publicados en Science Advances, destacan su potencial como herramienta de mitigación, aunque aún se desconocen plenamente sus repercusiones ecológicas.
Experimento en Gran Canaria: impacto en el zooplancton
El experimento, realizado en 2021, utilizó grandes estructuras conocidas como mesocosmos para simular un gradiente de alcalinidad en agua marina. Durante 33 días, los investigadores analizaron cómo estas modificaciones afectaban al zooplancton, un componente crucial de la red trófica marina.
Los hallazgos revelaron impactos menores y transitorios que no alteraron significativamente las propiedades nutricionales del zooplancton como alimento para peces. Sin embargo, se observó una ligera disminución en la calidad nutricional de la materia particulada, aunque esta no afectó al zooplancton debido a las condiciones limitantes de alimento en la región subtropical estudiada.
Un paso hacia una mitigación y absorción de carbono segura y sostenible
El estudio representa un avance hacia la comprensión de los efectos ecológicos de la alcalinización equilibrada, estableciendo una base para el desarrollo de un marco operativo seguro desde el punto de vista ambiental. No obstante, se requiere más investigación sobre otros enfoques de OAE y su aplicación en diferentes entornos marinos para garantizar su viabilidad como solución climática.
En el contexto del cambio climático, el aumento de la alcalinidad oceánica destaca como una de las estrategias más prometedoras para reforzar la función de los océanos como sumideros de carbono, alineándose con los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global.
¿Cómo se puede contribuir a la absorción de carbono?
Los océanos no son las únicas herramientas que pueden ayudar a la absorción de carbono, sino también:
- Plantar árboles: los árboles actúan como sumideros de carbono, es decir, retienen el CO2. Se recomienda plantar especies autóctonas.
- Apoyar la reforestación: reforestar bosques degradados ayuda a absorber CO2.
- Evitar la deforestación: apoyar medidas que eviten la deforestación de los bosques y los incendios forestales.
- Practicar la labranza de conservación: esta práctica busca una alteración mínima del suelo, lo que ayuda a retener el carbono.
- Rotar cultivos: variar la cantidad y el tipo de residuos vegetales que se integran en el suelo puede mejorar los niveles de secuestro de carbono.
- Aplicar fertilizante orgánico: el compost y el estiércol pueden mejorar el secuestro de carbono en el suelo.
- Cultivar algas: las algas son una planta acuática con una alta capacidad de absorción de carbono.
También existen otras acciones para reducir las emisiones de CO2, como comprar productos frescos y de cercanía, apostar por una movilidad sostenible, aprovechar las fuentes de energía renovables y calcular la huella de carbono.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!