En la reconstrucción de los cambios pasados del Hielo Patagónico, que desempeña un papel vital en la hidrología de la región, los científicos encontraron que el campo de hielo de repente se contrajo alrededor de hace 15.000 años después de una migración hacia el sur de los vientos del oeste – una migración que se está produciendo y se espera que empeore bajo un clima más cálido, una vez más, los científicos advierten.
Mientras esto sucede, explica el estudio, nuevas caídas de hielo en la zona que afectaran el almacenamiento de agua.
El Centro de Investigación del Cambio Climático, dijo en un comunicado, que su investigación muestra que “este campo de hielo se redujo significativamente en tamaño cuando los vientos se trasladaron hacia el sur.”
Los glaciares de la Patagonia Norte son vitales en el mantenimiento de la capacidad de almacenamiento de agua estacional para Argentina y Chile.
“Es preocupante que este estudio sugiere que la región puede muy bien estar en una trayectoria de cambio irreversible, lo que tendrá un profundo impacto en la agricultura y la creciente dependencia de la energía hidroeléctrica en Chile y Argentina”, manifiesta el estudio.
El equipo utilizó isótopos para descubrir los cambios en el espesor de la capa de hielo desde la última glaciación importante, con el fin de demostrar la importancia de los vientos en las capas de hielo y de agua consecuente. Al hacerlo, se puso en manifiesto la disminución de la capa de hielo de entre hace 15.000 a 19.000 años.
Luego, utilizando una recogida selectiva de los núcleos del océano, que fueron capaces de determinar que este descenso coincidió con el movimiento hacia el sur de los vientos del oeste.
Al final, el equipo de investigadores determinó que la falta de precipitaciones causadas por este movimiento, junto con el calentamiento adicional causado por la rápida pérdida de hielo, vio una fuerte disminución de los glaciares sin recuperación estacional.
Los científicos se sorprendieron al encontrar, sin embargo, que la parte sur del campo de hielo no parece estar afectado por el movimiento de los vientos, sino que la evidencia apunta a las corrientes oceánicas y las temperaturas como la de haber desempeñado un papel más importante en el mantenimiento el hielo en esta región.
En última instancia, el estudio concluyó, que los “campos de hielo en la región norte y centro de la Patagonia, son altamente sensibles a la precipitación y necesitan de esta para mantenerse saludables.