Desde el norte de Los Ángeles hasta los confines de la Patagonia argentina, los incendios forestales están devastando el continente americano. En California, un incendio declarado al norte de Los Ángeles arrasó más de 3,200 hectáreas impulsado por fuertes vientos y vegetación seca. Más de 50,000 personas fueron advertidas de evacuación, mientras la región todavía enfrenta las secuelas de dos incendios históricos que dejaron 24 víctimas mortales y destruyeron miles de hogares.
Simultáneamente, la Patagonia argentina enfrenta su propia crisis. En 2025, más de 10,000 hectáreas fueron consumidas por incendios que afectan áreas como el Parque Nacional Nahuel Huapi. A su vez, en Chile, la situación no es menos crítica: en lo que va del año, 74 focos de incendio causaron la muerte de tres brigadistas, mientras las llamas continúan avanzando en regiones altamente inflamables.
Expertos en el manejo de fuego, advierten que los efectos del cambio climático están intensificando los incendios. Factores como sequías prolongadas, temperaturas elevadas y fuertes vientos, sumados a la transformación del paisaje por actividades humanas, están generando incendios más frecuentes y devastadores. De hecho, algunos especialistas destacan que en regiones densamente pobladas como Los Ángeles, los incendios forestales evolucionaron hacia desastres urbanos, un fenómeno que podría replicarse en América Latina.
En el caso de Argentina, la capacidad de respuesta ante los incendios fue puesta en duda. Organismos como Greenpeace denuncian la falta de inversión en prevención e infraestructura, mientras los brigadistas trabajan en condiciones laborales precarias. Además, llaman a fortalecer la legislación para penalizar la destrucción intencional de bosques y detener la deforestación ilegal.
Desafíos en Colombia y México
En Colombia, el impacto de los incendios se incrementó a causa de factores únicos como la presencia de grupos armados en áreas afectadas, lo que pone en riesgo a los bomberos. Rodrigo Botero, de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, enfatiza la necesidad de una flota aérea independiente para combatir incendios.
Al mismo tiempo, en México, la Comisión Nacional Forestal reportó que 2024 fue uno de los años más devastadores, con más de 1.6 millones de hectáreas quemadas. Enrique Jardel subraya que, aunque hay avances en combate, se necesita un enfoque preventivo y una mejor gestión ecológica del fuego.
Bolivia y el Peso de la Emergencia
A estos países se suma Bolivia, que enfrenta desafíos similares, con más de 10 millones de hectáreas quemadas en 2024. Marlene Quintanilla, de la Fundación Amigos de la Naturaleza, advierte que la falta de sanciones ejemplares y recursos dificulta la prevención de incendios, mientras el país lidia con un contexto económico desfavorable.
Mientras tanto, en Chile, los incendios forestales afectan principalmente a las regiones centro y sur, con un impacto directo en las comunidades. Estefanía González, de Greenpeace Chile, destaca la necesidad de recursos adecuados para la prevención y combate, especialmente en zonas con plantaciones de alta combustión como pinos y eucaliptos.
El aumento de incendios en todo el continente subraya la necesidad de estrategias robustas y coordinadas que prioricen la prevención, fortalezcan los recursos de combate y adapten políticas ambientales a la realidad del cambio climático. Sin medidas decisivas, las devastadoras consecuencias humanas y ecológicas seguirán creciendo año tras año.
Los incendios en la Patagonia ya consumieron 10.000 hectáreas
Los incendios en la Patagonia, que alcanzan a Chubut, Río Negro y Neuquén, ya consumieron más de 10.000 hectáreas de bosques, pastizales y plantaciones.
Comenzaron cerca de fin de año y todavía hay focos activos. Se trata de una superficie equivalente a la de media Ciudad de Buenos Aires.
Además, alertan que la crisis climática, la sequía, el viento y los pinos exóticos ayudaron a su expansión.
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