La contaminación del agua por presencia de arsénico es una problemática presente en la Argentina hasta la actualidad. Por eso, en 2011, un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) diseñó el Mapa de Arsénico con el objetivo de detectar y monitorear los niveles de este componente en el país.
Además, realizan recomendaciones respecto a la calidad del agua que consumen las personas en 350 localidades, con colores a modo de semáforo: verde para las que dan buenos valores, amarillo y rojo.
Así es el mapa del arsénico en el agua
La recopilación de datos se convirtió en un Mapa virtual que señala si el agua es segura o no para consumo. Para las 350 localidades señalizadas, se utilizan tres colores. Verde para las que dan buenos valores, amarillo y rojo. El último es el caso de ciudades como por ejemplo Lobos y Junín, en Buenos Aires, o el Departamento de General San Martín en Córdoba.
Dado que, al igual que ocurrió con muchos proyectos, desde la pandemia, la colaboración de la población bajó. Por eso el equipo decidió relanzar la web y mejorar su calidad incorporando recursos de Google Maps.
“Arrancamos apuntando a una preocupación histórica que hay en lo que concierne a las aguas de consumo subterráneas en Argentina, que es la presencia de arsénico. Hay que decir que es algo totalmente natural y data desde hace muchísimos años”, explicó Jorge Stripeikis, doctor en Ciencias Químicas y director de Gestión Académica del ITBA a Tiempo.
Este es un análisis gratuito y los resultados se encuentran disponibles para que cualquiera pueda verificar en el mapa cuál es la situación del agua en la región donde vive.
En coincidencia con estudios previos como el de Centro Cochrane Argentino IECS (donde se afirmaba que al menos cuatro millones de personas consumen agua con arsénico), las provincias de Salta, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires son las más críticas.
Cabe aclarar que la Ciudad de Buenos Aires (CABA) no figura en el mapa. sin embargo, son los propios habitantes quienes voluntariamente envían las muestras.
Arsénico en el agua: cómo apareció
De acuerdo con las investigaciones, el origen de esta sustancia en el agua comenzó con los choques de las placas de la corteza terrestre que generaron la Cordillera de Los Andes.
En la primera etapa, allí había mucha actividad volcánica y se partían cenizas por varios kilómetros a la distancia. Las cenizas tenían sales de arsénico que luego crearon sedimentos en el suelo. “Con el paso de los años se generaron trampas geológicas donde se acumuló agua que hoy son los reservorios de agua subterránea”, detalló Stripeikis.
“Y con el tiempo, parte de esas cenizas volcánicas se disolvieron. Eso es lo que muestra la presencia de arsénico”, agregó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incluyó en la lista de las diez sustancias químicas más preocupantes para la salud pública. “La gravedad del asunto nos llevó a dar esta alternativa a cualquier habitante de la Argentina que tuviera dudas sobre el nivel de arsénico en el agua que estaba consumiendo, para que pudiera acercar su muestra al ITBA, y nosotros hacer el análisis”, detalla.
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