Parece ser que el glaciar del pico Humboldt no podrá escapar a la dramática saga que envuelve a la cadena montañosa venezolana de Mérida: ya desaparecieron allí el Bolívar, el Bonpland, el Toro y el León.
Según comprobó un grupo de investigadores que documenta los efectos del cambio climático, al Humboldt apenas le queda una superficie equivalente a cinco canchas de fútbol de las 300 que supo tener.
Las estadísticas pudieron determinar cuánto fue menguando en los distintos momentos históricos, un riguroso estudio que se convirtió en el combustible del documental “Último glaciar venezolano, vida después del hielo”, que alude al mismo tiempo a la posibilidad de observar de cerca cómo la roca desnuda comienza a ser conquistada por nuevas formas de musgos y líquenes, y la consiguiente aparición de aves nunca vistas en los Andes hasta ahora. Un ecosistema que funciona como una máquina del tiempo a 4.000 metros de altura.
Los especialistas no precisaron el momento exacto en el que el glaciar se extinguirá, ya que dependerá de varios factores, como el nivel de las temperaturas, los registros de lluvias y otros fenómenos como la corriente del Niño, pero sospechan que será antes del fin de esta década.