Las fuentes hídricas se restringen a napas subterráneas con aguas fósiles acumuladas durante milenios, y a lluvias intermitentes de la cordillera de los Andes.
El desierto de Atacama es uno de los más antiguos y áridos del mundo, pero hace miles de años este paisaje, que asombra por su parecido con el planeta Marte, albergaba numerosos oasis y ecosistemas con plantas y animales que desaparecieron luego de diferentes cambios en el clima.
La sobreexplotación de sus recursos hídricos, junto a fenómenos actuales como el cambio climático, amenazan nuevamente la estabilidad de la zona.
El actual nivel de extracción supera la capacidad de recuperación de las fuentes hídricas.
Los especialistas coinciden en que las tasas de extracción de agua para fines industriales, rurales, urbanos y domésticos son insostenibles, en especial si consideramos que las fuentes hídricas en el desierto de Atacama se restringen a napas subterráneas con aguas fósiles.