Desde hace más de dos décadas, las playas de la bahía de Algarrobo en Chile comenzaron a experimentar una proliferación de algas verdes, fenómeno que ha causado un fuerte impacto en actividades de relevancia para la comuna como el turismo.
Conocidas como “mareas verdes”, estas floraciones provocan que buena parte de las playas y rocas estén cubiertas por un manto verde de algas, causando mal olor e impidiendo acceder al mar.
Intentando minimizar sus efectos negativos, la Municipalidad de Algarrobo ha intentado removerlas utilizando maquinaria pesada, pero ha sido una medida ineficaz que incluso ha generado otros impactos, pues al hacerlo, se retiran grandes cantidades de arena de la playa.
Investigación científica sobre las algas en Chile y culpables identificados
Aunque este fenómeno a nivel mundial es conocido desde hace más de 100 años, ha aumentado su frecuencia en décadas recientes, causando preocupación en las comunidades costeras debido al impacto en sus actividades cotidianas, en la pesca artesanal y, en particular, en el turismo y recreación.
Desde 2021, investigadores de diversas universidades y centros científicos del país, liderados por el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), el Centro UC Observatorio de la Costa, la Estación Costera de Investigaciones Marinas UC, y el centro Copas-Coastal, iniciaron un programa de investigación para reunir evidencia científica sobre las condiciones ambientales de la bahía de Algarrobo y su posible conexión con las mareas verdes en las playas.
Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa, explica que el problema de las mareas verdes se concentra especialmente en el sector sur de la bahía de Algarrobo, donde a raíz de este problema la población de la comuna ha visto fuertemente restringidas sus actividades recreativas y económicas.
“Esta fue una de las inquietudes que recogimos a partir de nuestro trabajo con las comunidades en esta zona, afectadas por una serie de problemáticas complejas, como la erosión costera, la excesiva urbanización, la contaminación y una pérdida general de ecosistemas”.
Especies de algas y factores contribuyentes
Luego de tres años de investigación y varias campañas en terreno, las conclusiones del informe, entregadas al municipio y organizaciones comunitarias locales a fines de diciembre, eliminan algunas hipótesis y abordan posibles explicaciones, aunque no concluyentes, sobre los factores que estarían generando estas mareas verdes en la bahía desde hace al menos 20 años.
Una de las aristas de la investigación, coordinada por Loretto Contreras, académica de la Universidad Andrés Bello (UNAB) e investigadora SECOS, junto a Pilar Haye (UCN y SECOS) y un grupo interdisciplinar de investigadores, descubrió que existen cinco especies de algas del género Ulva presentes en estas mareas verdes. Sin embargo, el alga predominante corresponde a la especie U. stenophylloides, que no había sido descrita para nuestras costas y podría haber sido introducida a la bahía.
Según Loretto Contreras, investigadora del Centro CAPES, la proliferación de estas algas se explicaría por los niveles de nutrientes presentes en la costa de Chile, debido al fenómeno de surgencia costera producida por vientos desde el sur que aportan aguas profundas frías y muy ricas en nutrientes. Este fenómeno, presente en varias zonas costeras del país, impulsa altas tasas de crecimiento para la biomasa de macroalgas y de fitoplancton, favoreciendo un crecimiento constante y más notorio en verano de estas mareas verdes.
Contreras sospecha que estas algas pueden ser especies introducidas, porque no había registros anteriores. Sin embargo, admite que se requieren más investigaciones para identificar estas especies presentes a lo largo de Chile, un proyecto paralelo que se comenzará a realizar este año.
Impacto de la erosión costera y construcciones
El estudio también sugiere que la pérdida de arena de las playas de Algarrobo debido a la erosión costera ha impactado en la zona de Playa Los Tubos, transformando fondos arenosos permanentes en fondos duros efímeros que favorecen a Ulva al ser cubiertos por arena periódicamente, eliminando otras especies.
Sin embargo, se advierte que no existe información suficiente para evaluar esta hipótesis y se requiere más investigación para definir cómo eran los sedimentos en ese sector hace más de 20 años.
Además, se menciona el potencial impacto del cierre del sector Cofradía Náutica por el espigón que une la costa con el Islote Pájaro Niño, construido en 1978.
Contaminación y recomendaciones
Otro factor estudiado fue la contribución de nutrientes por parte del Emisario Submarino ESVAL de Algarrobo, que se especulaba podría incidir en el fenómeno. Sin embargo, las conclusiones arrojaron que no jugaría un papel relevante en la persistencia de las mareas verdes del sector sur de la bahía.
El grupo de autores recomienda incorporar un programa de monitoreo de coliformes en los organismos filtradores de la bahía, tanto de sectores rocosos como de fondos blandos. Esto es para definir mejor el área directamente impactada por la materia orgánica y coliformes fecales provenientes del emisario y así definir una zona segura de extracción de mariscos para consumo humano.
Finalmente, la investigación recomienda realizar estudios para identificar las especies de Ulva presentes en otras bahías del país, donde las mareas verdes también están presentes, como la bahía de Coliumo en Biobío.
Se aconseja realizar estudios de línea base y establecer sitios de observación permanente mediante un programa de ciencia ciudadana para la vigilancia de las mareas verdes en Chile.
“Es importante también establecer medidas simples que impidan la dispersión de estas algas a otras bahías de Chile, y para ello estamos colaborando con los clubes deportivos de la zona”, concluye Sergio Navarrete.
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