En agosto de 2019 se descubrió una enorme “isla” de piedra pómez que flotaba en el océano Pacífico; ahora sabemos que su origen habría sido provocado por la erupción de un volcán submarino.
Esta gigantesca masa, que tiene un tamaño aproximado de 159 kilómetros cuadrados, fue vista por primera vez por un observatorio de la NASA en agosto de 2019.
En ese entonces se difundió este video grabado por unos marineros submarinos:
Unos meses después, por medio del uso de robots submarinos, un grupo de investigadores submarinos determinaron que el origen de esta isla de roca flotante fue la erupción de un volcán submarino conocido como F o 0403-091, que se ubica a 50 kilómetros al noroeste de la isla de Vava’u, en Tonga.
La piedra pómez es una roca liviana que se forma cuando el magma espumoso se enfría rápidamente.
“Muchos de los volcanes del mundo están cubiertos por las aguas de los océanos. Cuando hacen erupción, pueden decolorar la superficie del océano con gases y escombros. También pueden arrojar masas de lava que son más ligeras que el agua. Estas rocas pómez están llenas de agujeros y cavidades, y flotan fácilmente”, mencionó la NASA en un comunicado.
Con el tiempo varios fragmentos de esta isla se han ido desprendiendo, reduciendo su tamaño; incluso varios restos de piedra pómez han comenzado a llegar a las costas de Australia.
“Las balsas de piedra pómez pueden flotar durante semanas o años, dispersándose lentamente en las corrientes oceánicas. Estos trozos terminan siendo excelentes hogares a la deriva para los organismos marinos, ayudándolos a propagarse”, señaló el vulcanólogo Erik Klemetti.
Esta isla que va a la deriva y se desplaza hacia la barrera de coral australiana, lejos de representar alguna amenaza, puede ser benéfico para los arrecifes debido a la gran cantidad de vida marina que alberga.
“Cada pieza de piedra pómez tiene su propia pequeña comunidad que ha sido transportada a través de los océanos del mundo, y hemos tenido billones de piezas de esta piedra pómez flotando después de la erupción”, mencionó el geólogo Scott Bryan de la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia.