Las medidas adoptadas por el actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, al inicio de su mandato en enero del año 2023, han obtenido resultados positivos en lo que respecta al cuidado de la mayor selva tropical, comúnmente llamada Amazonas, tras haberse conocido datos oficiales que indican una disminución a la mitad en lo que respecta a deforestación.
Según informó el Gobierno local, imágenes satelitales mostraron una superficie de 5.152 kilómetros cuadrados de bosque destruidos el año pasado, lo que significó una caída del 50% en comparación con el 2022.
En el primer semestre del 2023, el Instituto Nacional de Pesquisa Espacial (INPE) de Brasil informó que la deforestación había bajado de 1.120 kilómetros cuadrados en junio de 2022 a 661 el mismo mes del año siguiente, lo que significó una reducción del 41%.
Por otro lado, la ambientalista de la organización WWF-Brasil, Mariana Napolitano, indicó a la agencia AFP que no sucedió lo mismo al sur de la selva tropical, en la llanura del Cerrado, donde la tala alcanzó un récord en 2023 con un aumento del 43% respecto del año anterior.
Graves consecuencias
Por tratarse de una de las regiones más ricas del planeta en biodiversidad y recursos naturales, representando casi el 30% de las especies conocidas de la flora y de la fauna del planeta, su preservación es altamente crucial para el equilibrio ecológico. Según indica Greenpeace en su sitio web, la ganadería sería la mayor responsable de la deforestación.
Entre las principales consecuencias que genera la tala indiscriminada del Amazonas, se encuentra la emisión de gases de efecto invernadero y la emisión de CO2 del país.
También provoca sequías prolongadas dado que los árboles son los que absorben el agua de la lluvia durante la época húmeda, para luego liberarlo paulatinamente en el período de escasez de agua. Aumento de la temperatura global y aparición de enfermedades zoonóticas, tal como indica un informe de WWF.
No solamente se verían afectados los recursos naturales del Amazonas, sino también sufrirán daños cerca del 8% de la población de Sudamérica, entre ellos las tribus de pueblos originarios que habitan allí.
Medidas indiscutidas
Entre las directivas encomendadas por el mandatario brasileño, se destacaron la creación de nuevas áreas de protección medioambiental, el refuerzo de las estructuras de los organismos fiscalizadores de la Amazonía y otros biomas, y la creación de un centro de cooperación internacional para la protección de la mayor selva tropical, entre otras.
En junio del año pasado la organización ambientalista WWF Ecuador junto a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lanzaron el proyecto Medios de Vida y Ambiente Sostenibles para una Amazonía Vital, con el fin de cuidar la biodiversidad, reducir la deforestación y la degradación, y fortalecer su capacidad de adaptación al cambio climático.
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