Viajar en el tiempo, ¿es imposible? Para nada. En el impactante Bosque de Dean, los poderosos robles cubiertos de musgo y las profundas hondonadas bordeadas de helechos permanecen casi como los dejaron los reyes Tudor la última vez que cabalgaron por estas tierras.
Bajo el denso dosel de este antiguo bosque, que se extiende a lo largo del tranquilo río Wye y la frontera con Gales en el suroeste de Gloucestershire, los jabalíes salvajes aún remueven la tierra con sus colmillos, mientras los pájaros carpinteros y los trepadores revolotean en las ramas de los árboles, con el aire perfumado por el aroma resinoso de las agujas de los pinos.
Los amantes de las actividades al aire libre disfrutarán especialmente en este bosque, ya que ahí se puede practicar ciclismo de montaña, piragüismo, senderismo, entre otros. Los más tranquilos podrán visitar los encantadores pueblos rodeados de árboles de la zona, llenos de casitas de miel, pubs rurales y ovejas, donde los chefs aprovechan al máximo todos los ingredientes que da el bosque.
Explorar un impactante bosque
La mejor forma de explorar el Bosque de Dean es adentrándose por completo en él. Se puede recorrer sus senderos en una bicicleta eléctrica de Wye-Bikes en Coleford, al suroeste de Gloucester, y en una sola mañana pedalear casi 16 km hasta la orilla de Mallards Pike, donde las aguas tranquilas reflejan las copas esponjosas de los pinos.
Por otro lado, Puzzlewood, situado a 10 km al oeste, es un auténtico bosque encantado, o al menos eso es lo que parece. Se dice que el bosque de Dean inspiró la Tierra Media de Tolkien, y que este laberinto boscoso de scowles (huecos cubiertos de musgo procedentes de la antigua y próspera industria minera del bosque), atravesado por puentes entretejidos, parece sacado de otro mundo.
Quien sienta curiosidad por este escenario, puede seguir explorándolo en una visita guiada a las nueve grandes cavernas de las cercanas cuevas de Clearwell. Allí, cualquiera que haya nacido en la zona está autorizado a extraer el ocre, utilizado como pigmento para artistas, que se encuentra en las cuevas.
Durante mucho tiempo, los artistas se han inspirado en este paisaje frondoso, creando obras que se pueden admirar en el Sendero de Esculturas del Bosque de Dean: un recorrido de 77 km con piezas contemporáneas distribuidas entre los árboles al norte de Mallards Pike. Es recomendable no perderse “Cathedral”, de Kevin Atherton, una ventana de vidrieras de 4,6 metros de altura que representa el bosque en tonos de verde, ocre y azul.
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