El carbono del Ártico superó al emitido desde la Revolución Industrial

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La región submarina del permafrost en el Ártico atrapa 60.000 de toneladas de metano y contiene 560.000 millones de toneladas de carbono orgánico en sedimentos y suelo, indica un nuevo estudio.

Como referencia, los humanos liberaron un total de aproximadamente 500.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera desde la Revolución Industrial.

Esto hace que la reserva de carbono del permafrost submarino sea una potencial retroalimentación del ecosistema gigante al cambio climático, según concluyó la nueva investigación, que estimó el tamaño de las reservas de carbono submarinas pasadas y presentes y la cantidad de gases de efecto invernadero que podría producir durante los próximos tres siglos.

“El permafrost submarino es realmente único porque todavía está respondiendo a una transición climática dramática de hace más de diez mil años”, explicó la estudiante de doctorado Sara Sayedi de la Universidad Brigham Young (BYU), autora principal de la nueva investigación, publicada en la revista IOP Publishing Environmental Research Letters

“De alguna manera, puede darnos una idea de la posible respuesta del permafrost que se está descongelando hoy debido a la actividad humana”, añadió.

Las estimaciones del equipo de Sayedi sugirieron que el permafrost submarino ya está liberando cantidades sustanciales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, esta liberación se debe principalmente al antiguo cambio climático más que a la actividad humana actual. Calculan que el permafrost submarino libera aproximadamente 140 millones de toneladas de CO2 y 5,3 millones de toneladas de CH4 a la atmósfera cada año. Esto es similar en magnitud a la huella global de gases de efecto invernadero de España.

Los investigadores encontraron que si continúa el cambio climático causado por el hombre, la liberación de CH4 y CO2 del permafrost submarino podría aumentar sustancialmente. Sin embargo, se espera que esta respuesta ocurra durante los próximos tres siglos y no de manera abrupta.

Los investigadores estimaron que la cantidad de futuras emisiones de gases de efecto invernadero del permafrost submarino depende directamente de las futuras emisiones humanas. Descubrieron que en un escenario de negocios como siempre, el calentamiento del permafrost submarino libera cuatro veces más CO2 y CH4 adicionales en comparación con cuando las emisiones humanas se reducen para mantener el calentamiento a menos de 2 ° C.

“Estos resultados son importantes porque indican una retroalimentación climática sustancial pero lenta”, explicó Sayedi. “Alguna cobertura de esta región ha sugerido que las emisiones humanas podrían desencadenar una liberación catastrófica de hidratos de metano, pero nuestro estudio sugiere un aumento gradual durante muchas décadas”.

Incluso si esta retroalimentación climática es relativamente gradual, los investigadores señalaron que el permafrost submarino no está incluido en ningún acuerdo climático actual ni en los objetivos de gases de efecto invernadero. Sayedi enfatizó que todavía existe una gran cantidad de incertidumbre sobre el permafrost submarino y que se necesita investigación adicional.

“En comparación con lo importante que podría ser el permafrost submarino para el clima futuro, sabemos sorprendentemente poco sobre este ecosistema”, aseguró Sayedi. “Necesitamos más muestras de sedimento y suelo, así como una mejor red de monitoreo para detectar cuándo la liberación de gases de efecto invernadero responde al calentamiento actual y lo rápido que esta acumulación gigante de carbono se despertará de su letargo helado”, concluyó.

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