El buque Floreana encalló en las islas ecuatorianas con un cargamento de 1.400 toneladas de alimentos, 50.000 litros de combustible, 103 cilindros de gas y 48 toneladas de emulsión asfáltica, estos últimos altamente contaminantes.
El barco varado representa un alto riesgo para uno de los ecosistemas más frágiles y únicos que existentes en el planeta.
Para ello, la compañía aseguradora presentó un plan de salvataje para evitar cualquier tipo de daño al ecosistema marino de Galápagos que contempla un proceso de equilibrio del peso para su posterior reflotamiento que podría durar 14 días aproximadamente, siempre que las condiciones marítimas lo permitan.