La organización conservacionista WWF alertó de las amenazas que se ciernen sobre el Pantanal, el mayor humedal de agua dulce del mundo, compartido por Brasil, Paraguay y Bolivia y todavía bajo el impacto ecológico de los voraces incendios del pasado año.
WWF informó en un comunicado, con motivo del Día Mundial de los Humedales, que en 2020 se detectaron “incendios en cantidades récord en el Pantanal, en especial en el territorio brasileño.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, ese año se detectaron más de 22.000 focos de calor en el Pantanal brasileño, un aumento de un 121% con relación a 2019.
Ello provocó, según esas fuentes, que se quemaran más de 4 millones de hectáreas, llegando a más del 26% del bioma.
Paraguay y Bolivia
La alerta de WWF se refiere también a la parte de Paraguay, que al igual que en 2019 “se vio afectado por incendios masivos y de alta complejidad”.
A lo que sumó “la mayor sequía de los últimos 50 años y olas de calor extremas con temperaturas nunca registradas, llegando a los 43 grados por dos días consecutivos en casi todo el país”
En cuanto a Bolivia, y atendiendo a los datos de la Fundación Amigos de la Naturaleza, se tiene un registro de 2.3 millones de hectáreas afectadas por los incendios forestales en 2020.
WWF señala que el 23% de esas zonas se sitúan en áreas protegidas, dos de ellas en el Pantanal y las más grandes del país, el Parque Nacional Otuquis y el Área Natural de Manejo Integrado San Matías.
Sequía
WWF subraya que esas dimensiones y frecuencia del fuego “ocasiona un gran desequilibrio en la fauna y flora del Pantanal, un bioma con 2.000 tipos de plantas, especies de aves (582), mamíferos (132), reptiles (113) y anfibios (41).
Al tiempo que remarca que el Pantanal sufre una serie de problemas que favorecieron en 2020 ese avance del fuego, entre ellos la menor cantidad de lluvia.
En ese sentido, y según la Corporación Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), entre octubre y marzo, la temporada de lluvias, el volumen de precipitaciones en el bioma fue un 40% menor al promedio del mismo periodo de años anteriores.
Al respecto se señala que el Río Paraguay registró el nivel más bajo de las últimas décadas debido a la seguía, lo que repercute desde su condición de elemento clave del Pantanal, al inundar grandes áreas en la época de crecida.
Según estudios recogidos por WWF, la seguía está vinculada en el Pantanal al aumento de la deforestación en la Amazonía, que en 2019 se elevó en un 85 % y en el 2020 “continuó en niveles alarmantes”.
Ello debido a que parte de la humedad del Pantanal se origina en ese mayor bosque tropical del planeta a través de lo que se denomina “ríos voladores”.
“Se trata de masas de aire cargadas de vapor de agua que vienen del Océano Atlántico traídas por los vientos alisios y llegan a la Amazonía para después ir en dirección sur, pasando por el Pantanal”, explicó la organización.
En otro orden, WWF alertó de las amenazas que suponen para el Pantanal la expansión de la agricultura cerca de los ríos, el uso de pesticidas y la multiplicación de proyectos de infraestructura como hidroeléctricas e hidrovías.
En el Pantanal, con una superficie de 340.500 kilómetros cuadrados, convergen tres grandes ecosistemas que son el sustento “de las más altas concentraciones de vida silvestre de América Latina”, señaló WWF.