Greenpeace
denunció en pleno discurso del presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, la expansión descontrolada de la ganadería intensiva en el norte de Argentina, lo que implica la destrucción de los bosques del Gran Chaco y la extinción del yaguareté.
La acción se da en el marco del lanzamiento del reporte “El sacrificio de los bosques del Gran Chaco”, que contó con una investigación de más de un año. En el informe, se revela a algunos de los responsables detrás del negocio ganadero que está destruyendo a los bosques chaqueños: grandes frigoríficos de Argentina que exportan carne vacuna a grandes supermercados y mayoristas de Europa e Israel.
“El famoso bife argentino llega a la mesa de los consumidores de Europa e Israel a costa de aniquilación de nuestros bosques y de la extinción del yaguareté”, aseguró Giardini.
La organización ecologista advirtió que de implementarse el acuerdo MERCOSUR – Unión Europea, crecerá la demanda de carne vacuna argentina, será más rentable el negocio exportador de los grandes frigoríficos y aumentará la presión sobre los bosques.
La Secretaría de Ambiente de Argentina estima que entre 1990 y 2017 se perdieron 7,7 millones de hectáreas de bosques, una superficie similar a la de Formosa. El 80% de los desmontes se concentran en la región chaqueña, principalmente en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, donde los últimos cinco años la deforestación por ganadería intensiva fue más del doble que la provocada por agricultura.
Hace dos semanas Greenpeace presentó un amparo judicial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en nombre y representación del yaguareté que habita en el Gran Chaco argentino. Es la primera vez en la historia jurídica de nuestro país y del mundo que tiene lugar una presentación en nombre de una especie y de los Derechos de la Naturaleza.
El Gran Chaco es el segundo ecosistema forestal de Sudamérica, después del Amazonas. Allí conviven 3.400 especies de plantas, 500 especies de aves, 150 mamíferos, 120 reptiles, 100 anfibios y más de 4 millones de personas, de las cuales el cerca del 8% son indígenas, quienes dependen del bosque para obtener alimentos, agua, maderas y medicamentos.