El Río Salado tuvo una bajante en invierno de 3 metros y ahora solo tiene 83 centímetros de agua

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La bajante que experimenta el río Paraná sobre la costa santafesina también se replica en el río Salado y se extenderá con la llegada de la primavera, de acuerdo a los pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA). Desde mayo, el río perdió casi tres metros de altura, de acuerdo a las mediciones del Centro de Informaciones Meteorológicas de la UNL.

La falta de lluvias en la cuenca alta augura que el fenómeno se prolongará, al menos, hasta octubre. Así lo afirman desde el INA, indicando que habrá un escenario de aguas bajas en las próximas semanas.

El río Salado en Santo Tomé

El martes pasado, el Salado presentó una altura de 83 centímetros frente a la costa de Santo Tomé, muy por debajo de la media para esta época del año. El cambio de escenario fue marcado, en poco tiempo se pasó de un río de aguas extremadamente altas (a comienzos del verano pasado llegó a rozar los 6 metros, por encima del nivel de evacuación) a una importante caída de caudal como se empezó a experimentar a principios de este otoño.

Proyecciones del INA

En las proyecciones del Instituto Nacional del Agua, el subgerente de alerta hidrológico, Juan Borus, indicó sobre el escenario general: “En la alta cuenca del Paraná y la cuenca del Iguazú hubo algunas lluvias que hacen que el escenario propio del Paraná no sea tan terrible como el del 2021, es algo mejor. Todo esto hace que de Corrientes para abajo llegando a la ribera santafesina tengamos una situación de aguas claramente bajas“.

“Santa Fe está en 1,90 metros por debajo del nivel promedio de agosto en los últimos 25 años, está claramente bajo. Hay una previsión de un descenso adicional que lo provocaría más que nada el río Paraguay que tiene un aporte mínimo. Si hay una mejora vendrá por el Iguazú y por el tramo misionero-paraguayo del río Paraná si se dan algunas lluvias. Estas zonas son de respuesta hidrológica muy rápida, por lo que si llueve allí habrá un repunte rápido y significativo”, remarcó el referente del INA.

“El mensaje es que estamos viviendo un escenario de gran incertidumbre climática, pero por otro lado hay cierto margen para un optimismo para el último trimestre del año. El Paraná, en aguas medias a la altura de Santa Fe, presentará un escenario que se parecerá mucho al de 2022, estamos algo mejor que en el invierno de 2021 pero con una tendencia descendente“, concluyó el ingeniero hídrico.

Última bajante

La última gran bajante del Paraná se produjo hace cuatro años. Entre 2020 y 2023, el río experimentó un fenómeno histórico con consecuencias en la navegación, la generación de energía eléctrica, la potabilización de agua y la fauna ictícola, entre otros problemas.

Los profesionales del INA mantendrán una reunión de trabajo con los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional, justamente para actualizar las tendencias climáticas y los pronósticos hidrométricos.

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